Repsol, todo un referente en términos de digitalización en el ámbito petroquímico

En los próximos años, la digitalización va a continuar siendo una gran ventaja competitiva y estratégica para Repsol. Así lo aseguran desde la compañía varios expertos quienes también nos explican que, de hecho, el big data, la analítica de datos y la inteligencia artificial (IA) se sitúan en el centro de muchos de sus casos digitales. De todo esto y de la diversificación de su negocio hablamos a continuación.

Sin duda, la digitalización y la tecnología juegan un papel fundamental en la estrategia de Repsol para cumplir su objetivo de ser cero emisiones netas en el año 2050. Así lo afirman fuentes de la compañía de Departamentos como el de Tecnología e Innovación, Sostenibilidad, y Tecnologías de la Información y Digitalización, entre otros. Según aseguran, Repsol desarrolla un modelo de I+D vanguardista basado en la innovación abierta y el trabajo en red, en alianzas con cerca de 200 centros tecnológicos, empresas y universidades de prestigio de todo el mundo. La compañía cuenta con su propio centro de investigación, Repsol Technology Lab, en el que más de 250 expertos trabajan en el desarrollo de nuevas soluciones tecnológicas para toda la cadena de valor de la industria energética. Su objetivo es seguir mejorando la eficiencia y la competitividad del sector, a través de proyectos relacionados con áreas como la movilidad sostenible, la Industria 5.0 o la reducción de emisiones.

Además, Repsol cuenta con varias herramientas para ayudar a startups tecnológicas a desarrollar sus proyectos. Por un lado, el fondo estratégico Repsol Corporate Venturing, puesto en marcha hace más de 10 años. Está dotado con 85 millones de euros para realizar inversiones en ciclos de 5 años y su propósito es detectar tecnologías disruptivas cercanas a su despliegue comercial y con un elevado potencial para su incorporación a los negocios de la compañía. Tiene carácter internacional y se focaliza en tres ámbitos alineados con la estrategia de compañía: tecnologías y productos de baja huella de carbono y economía circular; movilidad avanzada y renovables; y tecnología digital para optimización de activos.

Por otro lado, el Fondo de Emprendedores es un programa de aceleración convocado por Fundación Repsol para ayudar a pequeñas empresas innovadoras en transición energética a desarrollar y llevar sus soluciones tecnológicas al mercado. Nació en 2011 con vocación de ‘aceleradora empresarial’ y desde entonces se han recibido más de 4.000 propuestas y se han acelerado e incubado 60 startups. El Fondo de Emprendedores tiene carácter internacional y está enfocado en startups con un alto componente tecnológico, que no hayan alcanzado aún la fase comercial y que trabajen en soluciones innovadoras de ámbitos tan diversos como la economía circular, la movilidad avanzada y renovable, la optimización de activos en la industria energética o mejora de propiedades de los productos.

“Este año se lanzará la undécima convocatoria y, durante estos 10 años, el Fondo de Emprendedores ha invertido 7 millones de euros y, además, las compañías mentorizadas han logrado una financiación adicional de más de 90 millones de euros a través de organismos tanto públicos como privados. Gracias a este apoyo al talento emprendedor, se han creado unos 330 puestos de trabajo”, concluyen las mismas fuentes.

Una empresa orientada al dato

Cuando a finales de 2017 nació el Programa Digital de Repsol, lo hizo como un proceso transversal que involucra a todos y cada uno de los negocios de la compañía, siendo ellos los auténticos protagonistas, además de como un importante agente de cambio en la cultura corporativa hacia una organización más flexible y con nuevas formas de trabajo. El Programa se identificó desde sus comienzos como una palanca fundamental para llevar a cabo los Planes Estratégicos de la compañía, gracias a las casi 300 iniciativas digitales que hasta el momento se han puesto en marcha. Por tanto, no hay duda de que, en los próximos años, la digitalización va a continuar siendo una gran ventaja competitiva y estratégica para Repsol. 

“Aún existen numerosas iniciativas digitales que pueden seguir generando valor y múltiples oportunidades de contribución digital a lo largo de toda la cadena de valor y también para seguir siendo una de las empresas líderes en el sector en el ámbito de la digitalización”, explican desde la compañía, “para ello, existe un compromiso de inversión de alrededor de 160 M€/año hasta 2025 dentro del Plan Estratégico 21-25, ya que, además, la digitalización es clave para abordar la transición energética, lograr ser más sostenibles y un eje esencial para conseguir el objetivo de ser una compañía cero emisiones netas en 2050”.

En todo este ecosistema digital de Repsol, el big data, la analítica de datos y la inteligencia artificial (IA) se sitúan en el centro de muchos de los casos digitales, ya que estas tecnologías son consideradas tecnologías transversales en todas las áreas y negocios de la compañía. De hecho, el 70-80% de la transformación digital se basa en IA y, en el futuro, la intención es seguir ampliando los objetivos en data&analytics. Para ello, será necesario promover la adopción de estas tecnologías y asegurar que se dispone del talento que permita estar a la vanguardia en cada una de ellas, y por ello, según indican, se han creado nueve áreas expertas (hubs) tecnológicas integradas:

• Analítica de Datos
• Experiencia de Cliente (UX) y Diseño
• Blockchain
• Omnicanal
• Metodología Ágile
• Robótica del software
• Centro de Competencias Cloud (CCC)
• Ciberseguridad
• Robótica del hardware

Estas áreas están conformadas por grupos de expertos internos y externos especializados en tecnologías específicas, que, dentro del Programa Digital, proporcionan recursos y apoyo en el desarrollo de iniciativas digitales y desarrollan plataformas transversales para promover su uso. Adicionalmente, estos centros expertos trabajan de la mano con las distintas áreas de negocio de Repsol para identificar nuevas oportunidades de digitalización y capturar las últimas tendencias del sector en cada una de ellas. Un ejemplo de la importancia del dato es ARiA, el cerebro digital de Repsol, una herramienta de data&analytics propia creada precisamente por una de sus áreas expertas, que centraliza la información necesaria para el funcionamiento de los casos digitales y los datos que se generan en ellos. Con esta plataforma se favorece la accesibilidad a todos estos datos, permitiendo aprovechar su valor de forma transversal y en toda la organización. Es una pieza fundamental en el data driven journey de la compañía y permite la industrialización del desarrollo de casos de analítica de datos e inteligencia artificial.

Precisamente, fruto de la importante apuesta de Repsol por el talento digital, en los últimos dos años se han incorporado más de 150 expertos en dichas tecnologías. Tampoco se ha pasado por alto la necesidad de formación y de especialización en datos y analítica de datos para el resto de empleados de la compañía, ya que sin contar con el talento, el ‘viaje’ hacia la cultura del dato no sería posible. De esta forma, la compañía impulsó la Repsol Data School en 2020, consciente de que para que haya digitalización la gestión del talento y la capacitación en nuevas competencias y tecnologías es clave, al igual que para hacer frente a nuevos negocios y nuevas oportunidades y a su vez avanzar en la descarbonización y la sostenibilidad.

Objetivos de sostenibilidad

En términos de sostenibilidad, Repsol lleva años poniendo en marcha distintas acciones que le acercan a la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) y a la agenda 2030. De hecho, en su sector fue la primera compañía que apoyó el Protocolo de Kioto; la primera en emitir un bono verde; la primera, en diciembre de 2019, en anunciar su objetivo de ser una compañía con cero emisiones netas en 2050; y la primera, el pasado año, en presentar un marco integral de financiación sostenible para acompañar su proceso de transición. Por otra parte, actualmente, el 39,9% del accionariado institucional de la compañía está alineado con los criterios ESG. Esta cifra es 31,5 puntos porcentuales superior a la participación de estos inversores en el año 2010, cuando su porcentaje era del 8,4%; y supera en diez puntos a la de principios de 2019, cuando un 29,9% del accionariado institucional de Repsol estaba alineado con estos criterios socialmente responsables en temas medioambientales, sociales y de gobernanza. Es decir, los inversores muestran con su peso en la compañía su aval al compromiso de Repsol de liderar la transición energética.

Asimismo, la compañía presentó en noviembre de 2020 su Plan Estratégico 2021-2025, una hoja de ruta para para transformar la compañía durante los próximos años en los que acelerará sus planes para liderar la transición energética. Repsol transformará la compañía mediante el incremento de sus objetivos de generación renovable y la evolución de su área industrial, tan importante en la creación de empleo y riqueza para el país, de modo que puedan seguir proporcionando a la sociedad los bienes que necesita, pero con una baja, nula o incluso negativa huella de carbono.

Menos de un año después de presentar su Plan Estratégico, la compañía aprovechó su jornada Low Carbon Day del pasado mes de octubre para anunciar, ante analistas e inversores, la aceleración en sus metas. “Estas nuevas metas, más ambiciosas, se concretan de este modo: en el periodo comprendido entre 2021 y 2025, Repsol destinará 1.000 millones de euros adicionales a proyectos bajos en carbono, hasta un total de 6.500 millones, frente a los 5.500 millones de euros establecidos en el Plan Estratégico. La inversión destinada a iniciativas de bajas emisiones se situará en el 35% en el periodo 2021-2025 y el capital empleado para ello será del 45% en 2030. Los nuevos valores suponen un incremento de 5 puntos porcentuales respecto a los establecidos en el Plan Estratégico presentado hace un año y medio aproximadamente”, concluyen las mismas fuentes de Repsol.

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Mucho más que una compañía pretrolera

“Se puede decir que la transformación de Repsol en una compañía multienergética comienza el 6 de junio de 2018 con la actualización de su estrategia 2018-2020”, explican desde la compañía al preguntarles por el tema de la diversificación de su negocio. En ese momento, “por primera vez se establecieron objetivos de clientes de electricidad y de generación baja en carbono y se anunció que la compañía destinaría alrededor de 2.500 millones de euros a proyectos energéticos de bajas emisiones de CO2 y nuevas oportunidades de negocio a largo plazo”. Y, el 2 de noviembre de ese mismo año, cerró la compra de activos de generación de bajas emisiones y la posición comercial de Viesgo y creó Repsol Electricidad y Gas. En ese momento, la cartera de clientes era de unos 750.000 y, actualmente, ha alcanzado los 1,35 millones.

En diciembre de 2019, la compañía se fijó la ambiciosa meta de alcanzar la neutralidad en carbono en el año 2050, siendo pionera en su sector. “Esta noticia sirvió de catalizador para otras, que a partir de entonces se sumaron a este reto y, sin embargo, Repsol se diferencia de ellas por la intensidad, velocidad y la concreción de los proyectos que llevará a cabo para conseguirlo”.

En noviembre de 2020, se traza el Plan Estratégico 2021-2025, la nueva guía de Repsol para acelerar en la transición energética. En él se establecen los que serán sus pilares de transformación para los próximos años, siendo los más importantes el crecimiento en la generación de renovables y la transformación de los complejos industriales en polos multienergéticos descarbonizados que utilizan hidrógeno renovable, economía circular, tecnologías de captura, uso y almacenamiento de CO2 y la eficiencia energética para fabricar productos de baja, nula o incluso negativa huella de carbono. Y todo ello con la tecnología y la digitalización como palancas de transformación.

En mayo de 2021 Repsol puso fin a la obtención de petróleo en España con el cese definitivo de la producción en la costa de Tarragona a través de la plataforma denominada Casablanca, situada a 45 kilómetros de la costa. Pese a tener concesiones en vigor hasta el año 2028, Repsol toma esta decisión como operador de la instalación y se adelanta de este modo a lo que establece la Ley de Cambio Climático, recientemente aprobada en el Congreso de los Diputados. En los últimos años, la producción de petróleo en España ya era testimonial y se limitaba a unos pocos cientos de barriles al día, frente a un consumo diario aproximado de un millón de barriles de petróleo. Se pone así punto y final a casi 60 años de historia del petróleo nacional:

-Generación de energía eléctrica renovable: uno de esos pilares en el modelo de descarbonización de Repsol, los objetivos anunciados prevén un aumento del 60% de la capacidad instalada de generación renovable en 2030, hasta alcanzar 20 GW (frente a los 12,7 GW anunciados en el Plan Estratégico). En 2025, el nuevo objetivo de capacidad instalada se sitúa en 6 GW, que comparan con los 5,2 GW de la hoja de ruta presentada en noviembre de 2020. Repsol, que en 2021 ha desarrollado relevantes operaciones −como la adquisición del 40% de la compañía Hecate Energy en Estados Unidos, especializada en el desarrollo de proyectos fotovoltaicos y de almacenamiento de energía; o la asociación con Pontegadea, uno de los principales grupos inversores privados del mundo, en el parque eólico Delta− planea terminar 2022 con 2,3 GW de capacidad renovable en operación.

-Hidrógeno renovable: Repsol tiene como objetivo liderar el mercado en la Península Ibérica y situarse como tercer productor en Europa. El pasado 14 de octubre, anunció que invertirá 2.549 millones hasta 2030 para impulsar el hidrógeno renovable, empleando diferentes tecnologías para instalar una potencia de 552 MW en 2025 y 1,9 GW en 2030. Entre estas tecnologías destacan la electrólisis, la producción a partir de biogás y la fotoelectrocatálisis, tecnología que está desarrollando junto a su socio Enagás. Además, Repsol lidera Shyne, uno de los mayores consorcios multisectoriales a nivel nacional cuyo objetivo es impulsar proyecto en torno al hidrógeno renovable. En él participan 33 entidades que representan toda la cadena de valor y diferentes sectores, como el industrial, el sector del acero o la movilidad.

-Economía circular: para Repsol es una herramienta clave en su programa de transformación industrial que permite fabricar productos de alto valor añadido y con menor huella de carbono a partir de residuos de distinta naturaleza. La compañía está analizando más de 40 tipos de residuos y tecnologías para asegurar la producción de biocombustibles avanzados y materiales petroquímicos circulares.

Págs. 48 a 51.