igus anuncia el comienzo de la producción en serie desu bicicleta fabricada con un 50% de material reciclado procedente de redes de pesca, RCYL, conocida anteriormente como igus:bike.
Desde su sede de Colonia (Alemania), la compañía espera alcanzar las 5.000 unidades para la próxima temporada. Para las piezas móviles, confía en sus plásticos técnicos reciclables y libres de corrosión, que proporcionan un funcionamiento libre de lubricación.
Este proyecto es parte de su apuesta por la movilidad sostenible.Su objetivo es implementar una producción local y utilizar residuos de plantas de reciclaje de todo el mundo, cerrando así el ciclo del plástico.
Frank Blase, CEO de igus, ve cumplido su sueño de una bicicleta urbana hecha de residuos plásticos después de casi cuatro años de desarrollo: “Con la bicicleta igus:bike presentamos un concepto y una idea en 2022. Ahora, dos años después, tenemos un producto listo para la producción en serie que hemos creado nosotros mismos. Estamos encantados de poder servir los primeros 1.200 pedidos que se han realizado de forma anticipada”.
Con el inicio de su producción en masa, la bicicleta ha adoptado el nuevo nombre RCYL y ha incorporado mejoras técnicas. “En igus lo pronunciamos "R(e)CYL(e)". El nuevo nombre principalmente representa el contenido de material reciclado de la bicicleta y el concepto de sostenibilidad que hay detrás. Al fin y al cabo, está fabricada en un 50% con redes de pesca recicladas, siendo la primera bicicleta del mundo de plástico reciclado. La igus:bike permanecerá como un proyecto en desarrollo. Cuando ves una por la calle, sabes que se trata de algo totalmente innovador”, explica Blase.
A mediados de marzo, la compañía anunció que la bicicleta RCYL ya estaba lista para la producción en serie en la feria CyclingWorld Europe de Düsseldorf (Alemania).
“Los visitantes de la feria hacían cola para probarla. Tanto la mejora en el manejo como el diseño futurista fueron objeto de elogios”, explica Sven Terhardt, responsable de ventas y marketing de RCYL. El vehículo estará pronto en el mercado por 1.200 €, un precio que puede variar según el país. Pero, ¿dónde se podrá comprar? “En primer lugar, estamos tramitando los primeros pedidos anticipados, que pueden realizarse a través del formulario de contacto de la página web. Actualmente, estamos considerando la posibilidad de crear una red de distribuidores o abrir nuestras propias tiendas en las principales ciudades. También podemos imaginar la RCYL como bicicleta de empresa, en ferias comerciales o para hoteles”, añade Terhardt.
Con la creación de su propia planta de producción, la compañía tiene previsto fabricar 5.000 bicicletas para la próxima temporada y 10.000 unidades para 2026. Para conseguirlo, la empresa alemana está invirtiendo en el desarrollo y la fabricación de sus propios sistemas de rotomoldeo.
MTRL complementa el trabajo de los ingenieros de igus con sus conocimientos, permitiendo una producción en serie económica de ruedas y cuadros.
A largo plazo, la compañía no solo aspira a proporcionar movilidad en las ciudades alemanas y europeas, sino en Estados Unidos. “También queremos crear instalaciones locales de producción de la bicicleta RCYL en países donde se generan muchos residuos. De esta forma, queremos canalizar los residuos directamente hacia un nuevo ciclo. Nuestra intención no solo es cerrar el ciclo del plástico, sino también crear empleo y movilidad en África y Sudamérica”, explica Terhardt.
igus está dedicando importantes recursos al desarrollo de distintos modelos de la serie RCYL, uno de los cuales se tratará de una versión eléctrica.
Además, incorpora a su estrategia la posibilidad de que las empresas interesadas puedan adquirir las piezas individuales de la RCYL. “Es como una plataforma de productos. Como nosotros mismos producimos todos los componentes de plástico utilizados en la bicicleta, los fabricantes también pueden comprar los componentes individuales directamente a igus. Toda la industria de la bicicleta puede utilizar nuestros componentes, crear cadenas de suministro locales y convertirse en un sector libre de óxido y lubricantes, y aún más respetuoso con el medio ambiente”, comenta Sven Terhardt.
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