La Conferencia Anual de ISA Sección Española, que tuvo lugar en Madrid el pasado 9 de junio, puso su broche de oro con la celebración de la Mesa-Coloquio titulada ‘La importancia del Hidrógeno en nuestra Industria’, una charla que fue moderada por el profesor y conferenciante Fernando Ley, impulsor, además, de proyectos de H2. Compartió espacio con Eduardo Tamargo, director de Desarrollo H2 y Tecnologías sostenibles en TSK; María Molina, gerente de Desarrollo Industrial de Hidrogeno en Repsol; y Lucas Villalba, responsable del proyecto ‘Power to Green Hydrogen Mallorca’ en Acciona. Todos ellos estuvieron de acuerdo: el hidrógeno ya no es una moda que se queda en congresos y webinars, ha dado el salto para convertirse en una realidad para liderar la transformación de nuestra economía.
Pero, vayamos por partes. Repsol ya está apostando por el hidrógeno porque es una empresa que se adapta a todo lo que demande la sociedad. Así, según explicó María Molina, el hidrógeno ha pasado por muchas etapas, pero parece que es ahora cuando de verdad puede que se quede, por lo que, para Repsol, “no sólo es necesario, sino que es una oportunidad en nuestra estrategia transformadora. Tiene, además, una importante labor de economía circular en todo el tema de reutilización de plásticos: la economía circular, los residuos y el hidrógeno van a ser los pilares del futuro. Por ejemplo, en nuestro plan, antes de 2025 hay previstas 25 hidrogeneras que formarán parte del inicio de nuestra estrategia”.
Efectivamente, Repsol presentó a mediados del pasado mes de octubre su estrategia en hidrógeno renovable, una hoja de ruta que tiene por objetivo liderar el mercado en la Península Ibérica y situarse como tercer productor en Europa. El director de Hidrógeno de la compañía, Tomás Malango, repasó el conjunto de proyectos e iniciativas que la compañía desplegará en toda la cadena de valor del hidrógeno renovable, con una inversión prevista de 2.549 millones de euros hasta 2030. La compañía empleará diferentes tecnologías para instalar una potencia de 552 MW en 2025 y 1,9 GW en 2030. Y es que el hidrógeno renovable es uno de sus pilares en su estrategia de descarbonización. Actualmente, Repsol se encuentra inmersa en un proceso de transformación en el que los complejos industriales están evolucionando para convertirse en polos multienergéticos capaces de fabricar productos de baja, nula e incluso negativa huella de carbono gracias al empleo de materias primas sostenibles, como los residuos de distinta naturaleza y a los procesos más eficientes y descarbonizados. Para conseguirlo, Repsol empleará todas las tecnologías disponibles y desarrollará aquellas que permitan efectuar una transición energética de forma acelerada y al menor coste posible.
Por otro lado, Repsol está adaptando sus infraestructuras de producción de hidrógeno convencional para la obtención de hidrógeno renovable a partir de biogás, empleando distintas tecnologías vinculadas con la economía circular, entre otras. De este modo, será capaz de producir hidrógeno a partir de residuos orgánicos de diferentes procedencias, como los residuos urbanos, biomasa o distintos subproductos de industrias agrícolas y ganaderas. “Tenemos la ambición de llevar la tecnología a escala comercial antes de 2030, empezando por la planta de demostración de Puertollano, prevista para el año 2025. En caso de éxito, esta tecnología otorgará a España una posición de liderazgo tecnológico en la nueva cadena de valor del hidrógeno”, explicó Tomás Malango.
El hidrógeno renovable es uno de los principales vectores energéticos para alcanzar la descarbonización de la economía gracias principalmente a su versatilidad. Como compañía multienergética integrada, Repsol desplegará proyectos en toda la cadena de valor del hidrógeno renovable para aprovechar las sinergias que le proporciona esta situación de privilegio. Actualmente, el 90% del hidrógeno se usa en el sector industrial como materia prima en el refino, en la producción de amoniaco, en la industria del acero y en la química, principalmente. Por ese motivo, la UE visualiza el despliegue del hidrógeno renovable en primer lugar en la industria y en aquellos sectores que no tienen en la electrificación una alternativa a corto y medio plazo para alcanzar la descarbonización. Para Tomás Malango, “la combinación de biocombustibles avanzados, combustibles sintéticos e hidrógeno renovable es la opción tecnológica más competitiva para superar los desafíos de la descarbonización en sectores donde actualmente la electrificación no es viable”. No hay que olvidar que España se encuentra en una situación de privilegio frente a otros países para capturar la oportunidad que genera la nueva economía del hidrógeno renovable gracias a la gran disponibilidad de recursos solares y eólicos, así como a la capacidad de adaptación de la propia industria a una nueva economía en torno a la cadena de valor del hidrógeno. Repsol, consciente de esta situación y de sus propias fortalezas como compañía multienergética industrial, tractora de empleo e inversión, está abanderando importantes iniciativas regionales para impulsar la creación de clústeres de hidrógeno, donde el objetivo es acoplar la capacidad de producción a las necesidades de la industria circundante y de nueva creación, además de diversificar los usos del hidrógeno renovable, de manera que el ecosistema sea lo más eficiente posible, tanto en costes de producción como de transformación y logísticos.
Regresando a lo analizado en la mesa redonda, Lucas Villalba, desde Acciona, confirmó que la idea de esta compañía es “ apostar por el hidrógeno porque creemos que es el futuro”. Villalba es el responsable del proyecto Power to Green Hydrogen Mallorca, impulsado por Acciona y Enagás, junto con Cemex, Redexis, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) y el Govern Balear. Se trata de una iniciativa de generación de hidrógeno verde a partir de energía fotovoltaica, que se utilizará en diversas aplicaciones energéticas en la isla. Así, incluye la construcción de una planta de electrólisis, el desarrollo de dos plantas fotovoltaicas que la alimentan, así como una estación de Servicio de Hidrógeno verde en la isla. Las instalaciones solares, situadas en los municipios de Lloseta y Petra, tendrán 6,9 MW y 6,5 MW de capacidad, respectivamente. Ambas producirán la energía renovable necesaria para la planta de hidrógeno verde, que generará y distribuirá más de 300 toneladas al año de H2. El hidrógeno verde impulsará la descarbonización de las Islas Baleares a través de diferentes aplicaciones: suministro de combustible a flotas de autobuses públicos y vehículos de alquiler; generación de calor y energía para edificios públicos y comerciales, y suministro de energía auxiliar a ferris y operaciones portuarias. Asimismo, parte de ese hidrógeno renovable se inyectará en la red gasista de la isla, mezclado con gas natural, lo que reducirá las emisiones de CO2 de este combustible.
Este proyecto industrial es el núcleo del proyecto de subvención europea Green Hysland, en el que la Unión Europea, a través de la FCH JU (Fuel Cell and Hydrogen Joint Undertaking) ha comprometido 10 millones de euros para apoyar el despliegue de las infraestructuras necesarias para convertir el ecosistema de hidrógeno renovable de Mallorca en realidad. El proyecto se enmarca en la ‘Hoja de Ruta del Hidrógeno Verde’, aprobada por el Gobierno de España, que busca posicionar el país como referente tecnológico en la producción y aprovechamiento de hidrógeno verde. Mallorca servirá de modelo a replicar en otros cinco territorios insulares (Valentia, Irlanda; Ameland, Holanda; Tenerife, España; Madeira, Portugal, y las Islas Griegas. Asimismo, formará parte de una red de intercambio de experiencias dentro de la iniciativa europea ‘Energía limpia para las islas de la UE’.
“Yo empecé hace dos años con todo el tema del hidrógeno y, después de la pandemia se ha producido un ‘boom’ en promotores de renovables, en clientes industriales y en fondos de inversión y es ahora cuándo se ve un verdadero interés”, reconoció, por su parte, Eduardo Tamargo desde TSK, compañía que ofrece servicios integrales de ingeniería para el diseño, desarrollo, ejecución y puesta en marcha de instalaciones basadas en el uso del hidrógeno como vector energético. Y añadió: “Pero, antes de llegar al futuro, que puede ser en 2050, hay un paso intermedio que son las empresas que se quieren descarbonizar o empresas del ámbito del petróleo que se quieren diversificar como Repsol. Resumiendo, en 2022, tras haber pasado lo peor de la pandemia, vemos cómo los grandes grupos industriales y empresariales están invirtiendo en hidrógeno. Hasta ahora, todo se quedaba en el entorno de los congresos o los webinars, es ahora cuando empiezan a existir proyectos consolidándose y la realidad está ahí”. Por último, Tamargo también lamentó la falta de talento en el sector y de la dificultad de retener al mismo.
Este artículo aparece publicado en el nº 539 de Automática e Instrumentación págs. 34 a 36.
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