Como es lógico, cada día el compromiso por la protección y la defensa de los consumidores está cobrando mayor importancia en la industria alimentaria, de bebidas y farmacéutica. La salud de los consumidores ha sido, es y será un bien esencial que debemos proteger a toda costa. Por eso, tras el cambio, variación y crecimiento de las necesidades del mercado y su entorno, la industria ha ido adaptándose a las nuevas circunstancias.
Para ello, ha sido necesaria la implantación de una serie de medidas que regulen el proceso de producción de productos y no supongan estos un riesgo para nuestra salud. Esta iniciativa, promovida por instituciones gubernamentales y de la salud, ha supuesto un cambio favorable en la forma de producir de la industria alimentaria, de bebidas y farmacéutica.
Por ende, este nuevo escenario ha obligado a la industria a replantearse la forma de operar para cumplir dichas normativas y obligaciones. El objetivo no es otro que el de promoverno solo la calidad y control de producción, sino queademás, favorecer la seguridad e higiene de los productos durante su manipulación a fin de garantizar la salud de los consumidores.
A día de hoy, ya no basta con producir, sino que además, es necesario cumplir los requerimientos de la FDA de calidad, higiene, desinfección y preservación de los alimentos para que estos lleguen al consumidor de la forma más segura posible para su consumición.
Además, el crecimiento exponencial de las necesidades de la población, y en consecuencia la demanda, está siendo cada vez mayor, lo que está provocando que la competencia por el mercado y la necesidad por cubrir las necesidades vaya en ascenso, donde las empresas persiguen producir más cantidad y a menor coste.
Si esto no fuera poco, cada vez son más significativos los problemas en el medio ambiente producidos por el consumo y la producción. De modo que la industria, cada vez más se está inclinando por optimizar los recursos, promover la eficiencia energética, reducir la contaminación y disminuir los gastos de producción para dejar de lado poco a poco las soluciones de antaño e impulsar una industria más sostenible a través de soluciones más verdes.
Hasta ahora se han utilizado diferentes tecnologías para producir movimiento: eléctrico, neumático e hidráulico. Pero no todas son aptas para cumplir las estrictas medidas de seguridad e higiene ni cubren las necesidades y requerimientos de la aplicación.
Un motor electromagnético directo es un tipo de actuador que crea movimiento lineal, mientras que un motor rotativo convencional solo gira. Los actuadores lineales se utilizan en máquinas, herramienta y maquinaria industrial, y en muchos otros lugares donde se requiere movimiento lineal.
Anteriormente, el origen del movimiento lineal, principalmente mecánico, se realiza por medio de la conversión de un movimiento giratorio en movimiento lineal. A día de hoy, gracias a la evolución de la tecnología, LinMot ha logrado ofrecer motores lineales de acción directa, es decir, gracias a que acopla directamente la carga a la parte móvil del motor, LinMot elimina la necesidad de elementos externos “extras” de transmisión tales como husillos, correas dentadas, piñón-cremallera y otros tipos de soluciones mecánicas. Sin embargo, esta no es la única ventaja de los motores lineales LinMot. Vamos a verlo más de cerca.
La industria alimentaria, de bebidas y farmacéutica está en auge en estos últimos años y como ya hemos dicho, sus necesidades de producción van en aumento. Esto está obligando a los fabricantes de maquinaria a realizar nuevos diseños más versátiles, funcionales, dinámicos y flexibles, y particularmente exigentes con elementos que proporcionan el movimiento lineal. Y es que en la actualidad, y con la población mundial actual, el sector alimentario tiene el reto de suplir, en la manera de lo posible, productos demandados por los consumidores.
En esta búsqueda constante de nuevas soluciones, es el fabricante quien debe “ingeniar” nuevos sistemas mecatrónicos acordes a las nuevas necesidades y con requerimientos técnicos más avanzados respecto a los actuales motores rotativos de toda la vida. Estos últimos, son soluciones totalmente validas, pero la ejecución de movimientos lineales con estos motores rotativos implica la utilización de elementos externos “extras”.
Asimismo, la utilización de estos “extras”, conlleva a que se sucedan significativos errores de posicionamiento debido a las holguras del conjunto completo, y consecuentemente, se generen paradas de máquina, pérdidas de materia prima y fabricación de productos defectuosos. Es aquí donde la utilización de actuadores lineales de acción directa tiene un valor añadido.
Los accionamientos lineales eléctricos están reemplazando a los cilindros neumáticos convencionales, así como a los motores rotativos junto con todos los elementos “extras” en cada vez más aplicaciones. Las razones son aplastantes: espacio, poca eficiencia, altos costos de puesta en marcha, reconfiguración, servicio y mantenimiento, y además, las limitadas capacidades de control para el caso de los sistemas neumáticos. Además, aportan mayor flexibilidad en el diseño de procesos productivos y sistemas de seguimiento de la producción, como por ejemplo conectividad a la industria 4.0 y una larga lista de compatibilidad con los buses de campo más utilizados en la industria.
Al contrario que en los motores rotativos, en un sistema de accionamiento directo no hay contacto entre las partes fijas y móviles, y por tanto no hay ningún desgaste mecánico, dando como resultado una excelente fiabilidad y un aumento de la vida útil. Por supuesto, no hay que olvidar que el menor número de partes mecánicas favorece un mantenimiento mínimo y reduce el coste del sistema. Otra de las ventajas de utilizar motores de transmisión directa es la mayor precisión de posición, velocidad y dinámica.
Tal y como comentábamos antes, las máquinas en el sector alimentario, de bebidas y farmacéutico están sujetas a estrictas y escrupulosas normativas gubernamentales. Esto es debido a que los restos que depositan los alimentos sobre la superficie de la maquina generan bacterias y son perjudiciales para la salud. Esto obliga a que las máquinas pasen estrictos protocolos de limpieza y desinfección. Para ello, se utilizan productos agresivos, pero al ser corrosivos, dañan partes de la máquina si no están preparados para soportarlo. Debido a esto, las máquinas por los que pasan los alimentos o con las que interaccionan, han de estar fabricadas con materiales resistentes a agentes químicos y al lavado diario como es el caso de los motores LinMot de acero inoxidable AISI 316L con grados de protección que van desde IP67 al IP69K.
Actualmente, el principal compuesto químico utilizado para el lavado y desinfección de las máquinas de la industria es el peróxido de hidrógeno (biocida) y en concentraciones que varían según el sistema de vaporización y las condiciones ambientales. Principalmente se utiliza en los sectores de la industria farmacéutica humana y veterinaria, química, hospitales y laboratorios de todo tipo, la industria alimentaria, centros de investigación animal o la descontaminación puntual de instalaciones de climatización, entre otros. De ahí que sea necesario el uso del acero inoxidable AISI 316L con grados de protección que van desde IP67 al IP69K en las máquinas de producción de todos estos sectores industriales ya sea por sus excelentes propiedades mecánicas y de resistencia a la corrosión.
Por otro lado, la industria alimentaria, de bebidas y farmacéutica tiene que adaptarse a la disminución del tamaño de los lotes y a los frecuentes cambios de producto, lo cual supone un gran reto con sistemas mecánicos arcaicos y desfasados. Actualmente, las ordenes de producción son series cortas, según la demanda lo exige, por lo que es el fabricante el que debe adaptarse, y a su vez, sus sistemas productivos. Debido a esto, las paradas de maquina puede ser un punto negro en la industria, al tener que realizar una parada de línea, y quizás de la planta entera, por el simple hecho de realizar este cambio de formato.
Ahora, con tan solo dar a un botón, la máquina puede llegar a producir distintos productos. LinMot pone al servicio del fabricante de maquinaría la tecnología más novedosa para paliar las necesidades actuales de la industria alimentaria, de bebidas y farmacéutica: los actuadores lineales LinMot fabricados en acero inoxidable AISI 316L con grados de protección que van desde IP67 al IP69K.
Con fuerzas desde pocos Newton hasta más de 2000N y recorridos desde pocos milímetros hasta más de metro y medio, los motores lineales P01 y P10 de acero inoxidable están completamente encapsulados en acero inoxidable AISI 316L con grados de protección que van desde IP67 al IP69K.
John Martin,
Responsable de Producto de LinMot
en Larraioz Elektronika
Págs. 57 a 59.
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