Repentinamente, un gran número de artículos y conferencias sobre el futuro tecnológico están poniendo en un primer lugar la inteligencia artificial. Digo repentinamente porque, después de que hace ya más de un cuarto de siglo gozara de un gran protagonismo entre matemáticos e informáticos y diera lugar a apasionados debates filosóficos, la inteligencia artificial había pasado a un cierto estado de hibernación desde el punto de vista informativo hasta hace muy pocos años. Esto no significa que matemáticos e informáticos no hayan seguido trabajando en silencio.
¿Qué hechos explican este brillante “renacimiento” de la inteligencia artificial?
En mi opinión, la irrupción de los sistemas Big Data y el trabajo en la nube, así como el espectacular incremento de la potencia de procesado, están abriendo la posibilidad de muy variadas aplicaciones que abren a su vez importantes posibilidades de negocio (11.000 millones en el 2024, según la analista Tractica).
Es decir, ya no se trata de investigaciones básicas ni necesariamente de nuevos algoritmos, muchos de ellos conocidos desde hace un montón de años, sino de la posibilidad de aplicaciones muy concretas. Los sistemas Big Data, el aumento de potencia de procesado y el trabajo en la nube pueden hacer que lo que anteriormente requería meses de trabajo a los expertos en el tratamiento de datos ahora se pueda realizar en un solo día a través de una interfaz sencilla de manejar, incluso para personal no técnico.
Una anécdota: es al pionero de la informática John McCarthy, que ya en 1956 introdujo el término “inteligencia artificial”, a quien se atribuye también el de cloud computing.
En todo caso, lo que es evidente es que los grandes de la informática están dedicando interés e inversiones en la inteligencia artificial. Apple, en particular, ya en 2010 adquirió una start up dedicada a la inteligencia artificial y continuó con adquisiciones en este campo. La última: Emotient en enero de este año y que está especializada en tecnología para analizar las expresiones faciales y la manifestación de emociones. Por su parte, Google adquirió en 2014 la especialista británica en inteligencia artificial Deepmind por unos 500 millones de dólares. Pero no solo se interesan las empresas informáticas, también los fabricantes de vehículos autónomos son grandes aficionados a esta tecnología. Así, por ejemplo, Toyota ha anunciado que va a invertir 1.000 millones de dólares en un centro de investigación dedicado a la inteligencia artificial.
Y no todo se queda en EEUU, Corea del Sur acaba de anunciar la creación de un centro de investigación público-privado dedicado a esta tecnología en el que contribuirán empresas como Samsung Electronics, LG Electronics, SK Telecom o Hyundai Motor.
Según la analista Venture Scanner, existen en este momento cerca de mil start up en el mundo especializadas en inteligencia artificial, de las que unas 500 se encuentran en EEUU. Las inversiones en este campo crecen año a año.
Y hablando del futuro tecnológico y de las empresas implicadas, hace unos días Mark Zuckerberg presentó la hoja de ruta de Facebook para los próximos 10 años. No se trata exclusivamente de la inteligencia artificial, pero también está incluida en algunas de sus propuestas. El proyecto que presentó no deja de ser ambicioso. Esta empresa ha ampliado su Messenger con un asistente multitarea. A partir de la combinación de inteligencia artificial e intervención humana debe ser capaz de realizar multiplicidad de tareas. Se trata de desarrollar un motor de búsqueda experto para los móviles.
Permítanme un comentario al respecto: no deja de ser curioso que Facebook es probablemente el único jugador en el mundo digital que, en lo que se puede considerar el corazón de su negocio, no tiene por qué temer a Google y, en cambio, parece que es precisamente quien puede llegar a tener los medios para poner a esta en peligro.
En otro orden de cosas, el director general de Facebook ya en Barcelona y a raíz del congreso MWC 2016, lanzó su proyecto Telecom Infra Project (TIP), entrando así en el mundo de las infraestructuras telecom. Después de su propuesta de drones solares para llevar Internet a todos los rincones de la tierra, se trata ahora del desarrollo de una red WiFi de alta velocidad que permitiría dar servicio a toda una población. Una solución que resultaría mucho más económica que las actuales redes de fibra óptica. ¿Podemos esperar que en los próximos 10 años llegue también el open source en las infraestructuras telecom? En todo caso, queda claro que Facebook es ya mucho más que una red social.
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