“El sector de componentes no va a poder recuperar este año los niveles prepandemia”

“Este es un sector que siempre ha mostrado una gran resiliencia y capacidad de adaptación a los cambios, y en este caso, no ha sido una excepción”, asegura José Portilla, Director General de Sernauto. Sin embargo, la demanda interna, la crisis de los semiconductores, el alza de precios y la escasez de materias primas hacen que la industria de componentes no esté atravesando su mejor momento. De estos temas y de las previsiones de futuro versa esta entrevista que les ofrecemos a continuación.

Automática e Instrumentación: ¿Cómo se encuentra en la actualidad el sector de la automoción en España? ¿Y el de los componentes de automoción en concreto?

José Portilla: El sector de automoción en España está atravesando una situación compleja derivada de la combinación de varias causas. De un lado, la demanda interna se mantiene en un tono muy átono. A ello debemos añadirle la crisis de los semiconductores que está afectando directamente a los procesos productivos de los fabricantes de automóviles y componentes, el alza de precios y escasez de otras materias primas como el acero o derivados del plástico, así como unos costes logísticos y también energéticos, fuera de control. En relación con el sector de componentes, las previsiones de facturación para este año respecto al 2020 son de en torno a un 6% más. Si tenemos en cuenta que el año pasado la caída de la facturación fue de más de un 15%, el sector de componentes no va a poder recuperar este año los niveles prepandemia, y no se prevé pueda hacerse hasta el 2022 o el 2023, dependiendo de cómo y a qué velocidad se reconduce el escenario descrito.

AeI: ¿Cómo se ha comportado durante la pandemia?

J.P.: Durante la pandemia, y después de prácticamente tres meses de cierre total, nos preparamos para volver a la actividad de la manera más segura posible, y para ello trabajamos las principales asociaciones del sector en un Protocolo de Seguridad y Salud Laboral para que nuestros empleados pudieran incorporarse a la actividad con todas las garantías. A partir del rearranque de la actividad, se fueron recuperando las ventas, si bien de manera no lineal y dependiendo de la demanda de los diferentes mercados. No podemos olvidar, que somos un sector, el de los componentes, netamente exportador, con un 60% de la facturación dirigida a la exportación. Este es un sector que siempre ha mostrado una gran resiliencia y capacidad de adaptación a los cambios y, en este caso, no ha sido una excepción. Por otra parte, la pandemia ha acelerado el proceso de transición ecológica y tecnológica en el que nos hallamos inmersos y para cumplir con los objetivos de la descarbonización. Me gustaría reseñar la enorme labor y compromiso social mostrado por el sector, en el que muchos de nuestros asociados dedicaron sus líneas para fabricar componentes y materiales para los servicios de salud pública, y de ello, nos sentimos particularmente orgullosos.

“Las previsiones que manejábamos a principios de año se han visto afectadas a la baja por la falta de semiconductores y materias primas”

AeI: La falta de microchips y materias primas están agravando los problemas del sector y, de hecho, Sernauto acaba de anunciar un empeoramiento para las previsiones de 2021, ¿cómo terminará finalmente el ejercicio? ¿Cuáles son las previsiones de futuro?

J.P.: Así es. Las previsiones que manejábamos a principios de año se han visto afectadas a la baja por la falta de semiconductores y materias primas. La previsión actual es de finalizar este ejercicio con un crecimiento de entre un 6% a un 7%, lo que no nos permite recuperar los niveles prepandemia, y el mantenimiento de las cifras de empleo, lo cual demuestra el compromiso de nuestras empresas con el empleo. La resolución de la crisis de los semiconductores no se espera a corto plazo, dados los tiempos de fabricación de la maquinaria que se precisa para ampliar la capacidad instalada de chips, y nos podemos ir incluso al año 2023 hasta que vuelva a haber cierta normalidad en esta cuestión. En la situación actual, con estas circunstancias tan complejas, es aventurado avanzar una previsión para el año 2022.

AeI: Ante este momento tan difícil, ¿qué es lo que más se necesita para volver a las cifras precrisis?

J.P.: En el corto plazo, y dado que muchos de estos factores son exógenos al sector y corresponden a movimientos del mercado e incluso geopolíticos, diría que apoyar a las empresas y, en particular, a las pymes, con medidas por parte de la administración que les permitan capear este temporal, en términos de facilitar el acceso a financiación, amortizaciones flexibles, y desde luego, continuar con los mecanismos de los ERTE para asegurar el empleo. En el medio y largo plazo, debemos trabajar a nivel nacional en una estrategia-país para el sector de automoción que, no olvidemos, aporta el 11% del PIB y da empleo a casi 2 millones de personas. Por otra parte, y para evitar crisis como la de los semiconductores, Europa tiene que pisar el acelerador al objeto de recuperar una soberanía industrial respecto a otras zonas del planeta y, de esta manera, proteger y fortalecer nuestra industria.

AeI: Imagino que el coste energético tan elevado tampoco está ayudando al sector…

J.P.: Así es, y afecta especialmente a las empresas del sector de componentes que tienen la calificación de electro intensivas, como aquellas que tienen hornos eléctricos y fundiciones. Estamos trabajando muy activamente para comunicar al Gobierno que es un tema muy sensible y preocupante, y que hay que dotar de estabilidad al sistema energético, y, por ende, a las empresas, para que puedan planificar debidamente sus fabricaciones y sus costes.

AeI: ¿Qué tipo de ayudas necesita la industria de componentes por parte de las administraciones para poder hacer frente a esta situación?

J.P.: Antes he trasladado algunas. Diría que aquellas que permitan apoyar nuestra principal palanca para ser competitivos. Me refiero a la I+D+i, y de manera especial a la innovación. El sector de componentes invierte nada menos que el 4% de la facturación en I+D+i, esto es el triple de la media de la inversión de la industria española en este campo. Y debemos seguir aumentando este porcentaje, al objeto de poder competir con países de nuestro entorno que tienen más capacidad económica que España y no quedarnos atrás, pues el partido lo jugamos en Europa y en el mundo, al tratarse de un sector altamente globalizado. Por otra parte, y dada la presión regulatoria hacia el vehículo eléctrico, es preciso acelerar, y mucho, la implantación de la infraestructura de recarga y afrontar con el Gobierno la reforma fiscal integral de la automoción, cuestión demandada de manera conjunta por Anfac, Faconauto y por Sernauto.

AeI: El sector automóvil y auxiliar es probablemente el más avanzado, tecnológico y digital de la industria. Las tecnologías promovidas por la denominada Industria 4.0 no son ningún secreto en la fabricación de vehículos o sus componentes, ¿qué tecnologías pueden seguir aportando valor a la mejora de la competitividad de las fábricas españolas?

J.P.: Efectivamente, esta industria se encuentra a la vanguardia tecnológica mundial, y así seguirá siendo. La industria 4.0 está ya plenamente implantada en las empresas de mayor tamaño y más músculo financiero, si bien algunas pymes deben acelerar su adaptación tecnológica y, sobre todo, su digitalización. Se está trabajando ya con Inteligencia Artificial, Gemelos Digitales, Big Data, impresión digital, y otras tecnologías que junto a las descritas permiten aportar valor y, por tanto, mejorar la competitividad de nuestra industria.

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