“La sostenibilidad, el cuidado y la protección del entorno deben ser prioritarios en todos los ámbitos en los que actuamos”

Según las conclusiones del informe Sector ‘Coupling in Europe: Powering Decarbonization’, publicado por BloombergNEF y participado por Eaton, se prevé que para 2050 del 50% al 60% del consumo de energía para transporte, edificios e industria sea eléctrico. Concluye también adivinando una reducción potencial de emisiones para el 2050 entre el 71% y el 83% de los valores producidos en 1990 por el ‘acoplamiento’ (coupling) de los sectores del transporte, edificios, industria y generación de energía.  Ante estas disertaciones, desde AeI nos hacemos varias preguntas que nos responde en esta entrevista José Antonio Afonso, responsable del segmento Commercial Building en Eaton Iberia.

Automática e Instrumentación: ¿En qué consiste básicamente el denominado ‘sector coupling’? ¿Cuál es el ciclo energético electricidad-hidrogeno-metano que propone?

José Antonio Afonso: El concepto conocido internacionalmente como ‘sector coupling’ hace referencia a la electrificación de determinados sectores clave de la sociedad y la economía. En concreto, hablamos de la electrificación del sector del transporte, los edificios y la industria con el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que producen. Siendo estas tres áreas las más contaminantes actualmente.

Esta transformación en el uso de la energía puede darse por una combinación de cambios directos e indirectos. Los primeros son aquellos que pueden ocurrir ya mismo, como es la proliferación masiva de vehículos eléctricos en el transporte (tanto personales como en las flotas), la difusión de sistemas de calefacción eléctrica (bombas de calor en edificios y en algunas partes de la industria), o la implantación de sistemas inteligentes que optimicen el uso de la electricidad en los distintos aparatos conectados a la red.

En relación a los cambios indirectos, estos hacen referencia al paso hacia lo que se conoce como ‘hidrógeno verde’, producido por electrólisis utilizando energía renovable. La idea es utilizar este hidrógeno a modo de combustible para proporcionar calor a los edificios y a tantos procesos industriales como sea posible, todo ello en aras de minimizar y erradicar el uso de combustibles fósiles.

“Está en nuestra mano cambiar la mentalidad y hacer que nuestros productos sean sostenibles y busquen en todo momento la eficiencia energética”

No obstante, todo lo que acabo de explicar tiene una consecuencia clara y directa, y es que incorporar una demanda significativamente mayor de electricidad hace que la red también tenga que transformarse. Esto es algo que el ‘sector coupling’ o electrificación tiene en cuenta, proponiendo el uso combinado de diferentes fuentes de energía limpia para dar respuesta a las crecientes necesidades eléctricas. Gracias, por ejemplo, a que las infraestructuras eólicas y solares están aumentando a buen ritmo, la electricidad que se genere para lograr estos objetivos de sostenibilidad provendrá, fundamentalmente, de energía limpia.

AeI: ¿Por qué es tan importante conseguir la ansiada descarbonización de la economía? ¿De qué o de quién depende el desarrollo del camino hacia el acoplamiento energético?

J. A. A.: La descarbonización no es que sea importante, es que es esencial. La sostenibilidad, el cuidado y la protección del entorno y el medio ambiente deben ser prioritarios en todos los ámbitos en los que actuamos. Y los distintos agentes que intervienen y que tienen poder de decisión sobre qué tipo de energía utilizan o cómo gestionan sus recursos contaminantes, han de decantarse por la energía limpia y por sistemas, infraestructuras, aplicaciones o aparatos que sean energéticamente eficientes y que no utilicen combustibles fósiles para funcionar.

La electrificación del sector transporte, los edificios y la industria depende, en gran medida, de las organizaciones que operan en ellos.

Sí que es cierto que una parte de los esfuerzos recae en los consumidores finales, puesto que de nosotros tiene que salir el aprovechar planes gubernamentales como el Plan MOVES III para incentivar la compra de vehículos eléctricos, o el hecho de decantarnos por la calefacción eléctrica en el domicilio cuando vayamos a cambiar la caldera. No obstante, esto es sólo una pequeña parte de algo mucho mayor.

Por un lado, son los fabricantes, los constructores, las empresas de gestión de flotas, y las propias eléctricas, claro, quienes han de tomar la iniciativa para desarrollar este camino hacia la electrificación. Si estos grandes agentes no cambian su mentalidad y empiezan a realizar los cambios directos e indirectos del proceso de electrificación, no conseguiremos nada.

Por otro lado, las instituciones públicas (a nivel comunitario, nacional e incluso autonómico o regional) han de incentivar la transición ecológica. Esto es algo que ya estamos viendo con la reciente aprobada Ley de Cambio Climático en España y con el Plan de Recuperación Económica de la Unión Europea, que tiene como uno de los ejes centrales, precisamente, esa transición hacia el consumo de energía de forma sostenible.

Estas políticas que buscan la descarbonización y las cero emisiones están haciendo que la industria responda en paralelo, y que se esté en el camino correcto hacia la eliminación del carbón como fuente de energía eléctrica y hacia la electrificación de los sectores más contaminantes.

AeI: ¿Qué sectores industriales son susceptibles de ser ‘electrificados’ en un plazo de tiempo menor? ¿Por qué?

J. A. A.: Creo que el sector del transporte es uno de los que tienen más papeletas. Llevamos años viendo cómo los fabricantes invertían parte de sus esfuerzos en el desarrollo de vehículos eléctricos y, poco a poco, estos medios de locomoción se están haciendo más accesibles al público y a las propias organizaciones. Quienes disponen de flotas de vehículos están dando el salto a la movilidad sostenible por las ventajas que ello conlleva, con lo que no tardaremos mucho en ver que los vehículos eléctricos son la tónica habitual.

“Las políticas que buscan la descarbonización y las cero emisiones están haciendo que la industria responda en paralelo”

No obstante, si por mucho que nos esforcemos en reducir las emisiones de este sector seguimos utilizando energía de combustibles fósiles para proporcionarle electricidad, nunca terminaremos por ser realmente sostenibles. Para ello, es fundamental ir un paso más allá y asegurar que toda la infraestructura de carga y la energía utilizada en los procesos provengan de energías renovables. Aquí hay más trabajo por delante, pero no me cabe duda de que es algo que se conseguirá.

AeI: ¿Cuáles son las recomendaciones principales que se recomienda a gobiernos y reguladores para alcanzar las previsiones del informe?

J. A. A.: Creo que el informe ‘Fondos europeos para una recuperación verde, presentado por diez organizaciones no gubernamentales ecologistas de Europa en el marco de la Cumbre UE, recoge muy bien las cuatro recomendaciones que considero clave y que deben priorizarse en España.

En primer lugar, fomentar la movilidad urbana con transporte cero emisiones. La electrificación de las flotas y los transportes privados no es una opción, sino algo que debería ser de obligatorio cumplimiento. Gracias a planes como el Plan MOVES o el Plan Renove se está fomentando este aspecto, pero no es suficiente solo con eso, sino que también hay que poner énfasis en las infraestructuras de recarga y en el uso de energías renovables como la principal fuente de alimentación para esta electricidad. 

Mi segunda recomendación gira en torno a las comunidades energéticas y el autoconsumo. En abril de 2019, el Consejo de Ministros aprobó el Real Decreto 244/2019 por el que se regulan las condiciones administrativas, técnicas y económicas del autoconsumo de energía eléctrica en el país. La normativa, que tiene como objetivo impulsar e incentivar el autoconsumo renovable, fue muy positiva, ya que hacía que la situación fuera más favorable que nunca para abrazar el consumo sostenible. 

En tercer lugar, considero prioritario enfocarse en la eficiencia energética de los edificios. Para transitar hacia un futuro más verde, los edificios (comerciales, industriales y residenciales) deben incorporar elementos y sistemas que les permitan disminuir el uso de energía innecesaria e incluir nuevas formas de consumo procedentes de fuentes alternativas, y las leyes autonómicas deben contemplarlo.

Mi cuarta recomendación es la priorización de la naturalización urbana. Fomentar una mayor presencia de vegetación y espacios verdes es clave para la conversión del CO2 en oxígeno y, así, reducir los gases de efecto invernadero que se vierten a la atmósfera.

AeI: ¿Qué papel juegan los fabricantes de equipos, software y sistemas para la industria?

J. A. A.: Considero que los fabricantes jugamos un papel esencial. Está en nuestra mano cambiar la mentalidad y hacer que nuestros productos y soluciones sean sostenibles y busquen en todo momento la eficiencia energética.

No vale de nada si, por ejemplo, se fomenta el uso de paneles solares en la industria y en los edificios comerciales o residenciales, pero los fabricantes no hacemos que dichos paneles sean eficientes o no desarrollamos sistemas de almacenamiento energético para garantizar el suministro en todo momento. Tampoco sirve que la industria (productores, cadenas de suministro, centros de datos…) utilice la electricidad como fuente principal de energía para sus operaciones, si no garantizamos que el suministro de red sea estable o no fabricamos y fomentamos sistemas de alimentación ininterrumpida que, en caso de apagón eléctrico por sobrecarga u otros problemas, pueda proporcionar energía eléctrica por un tiempo limitado para operar. Está en nuestra mano pensar, crear y lanzar al mercado productos, sistemas u otros recursos en los que la industria se pueda apoyar para conseguir el objetivo de electrificación y las cero emisiones de gases contaminantes.

Creo que es un trabajo en equipo entre fabricantes, instituciones públicas, industria y otros agentes en el que todos tenemos un papel principal que asumir para poder conseguir resultados que tengan un verdadero impacto positivo.

Págs. 28 a 31.