Ahora que muchos países están dando los primeros pasos para relajar las restricciones en las actividades sociales y comerciales impuestas por el cierre debido al Coronavirus, las organizaciones de todo el mundo están empezando a pensar en cómo tendrán que evolucionar y cambiar sus negocios en un mundo en el que la crisis sanitaria habrá disminuido, pero los efectos económicos del cierre seguirán estando muy presentes en la mente de todos.
Un cambio fundamental en las operaciones de la cadena de suministro
Las industrias manufactureras y de almacenaje, por ejemplo, se enfrentan en la actualidad a una serie de retos como consecuencia de la crisis generada por la COVID-19, como la reducción del personal, las obligaciones de proteger la salud de los trabajadores mediante el distanciamiento, las enormes caídas de la demanda de algunos productos y los repentinos picos de la demanda de otros, y la mayor necesidad de generar eficiencias en los procesos a fin de impulsar la productividad y reducir los costes en la medida de lo posible. Sin embargo, también tienen una oportunidad única de aceptar los cambios en su negocio que les ha impuesto la situación, y de reevaluar y rediseñar sus procesos operativos para encontrar esas eficiencias clave y seguir siendo competitivos.
La mayoría de los expertos coinciden en que la crisis del coronavirus está creando un cambio fundamental en las operaciones de la cadena de suministro, ya que muchos fabricantes están tratando de acercar los procesos a centros de producción en sus países de origen y onshore, algo que sólo será posible con la automatización. No se trata sólo de reducir los costes y hacer más eficientes los procesos, sino de hacer también que las cadenas de suministro sean más resistentes en el futuro al tipo de perturbación que esta crisis ha causado.
Robótica colaborativa
El despliegue de soluciones de robótica colaborativa puede ser y será un elemento clave para las empresas con visión de futuro que quieran seguir ese camino. La firma de analistas MarketsandMarkets predice en un informe reciente que la crisis de la COVID-19 probablemente aumentará la inversión en robots industriales y el mercado mundial casi se duplicará en los próximos cinco años. En Europa, donde la densidad de robots industriales es la más alta del mundo con una media de 114 por cada 10.000 empleados, la Federación Internacional de Robótica prevé que el número de instalaciones crezca un 14% en los próximos dos años, de los cuales alrededor del 30% serán robots colaborativos (o cobots).
En la cadena de suministro, los robots móviles autónomos (más conocidos como AMRs, por sus siglas en inglés) son un componente clave de cualquier estrategia de automatización y una herramienta muy eficaz para reducir la pérdida de tiempo y de recursos humanos en los procesos intralogísticos. Los analistas de Interact Analysis afirman en su informe de investigación de mercado publicado el año pasado que, si bien las industrias automotriz y electrónica son actualmente los dos grupos de usuarios más grandes de cobots, el sector de la logística superará a la industria automotriz como grupo de usuarios líder en un futuro próximo, y los robots móviles representarán casi el 10% del total del mercado de cobots en 2023.
Los AMRs son colaborativos y están diseñados para trabajar junto a los humanos. Permiten la automatización de cualquier proceso que requiera el transporte seguro de materiales o mercancías alrededor de un almacén o entre una línea de producción y un almacén. Fácil de programar e integrar sin necesidad de hacer cambios en la disposición de la fábrica existente, un AMR - dependiendo de la aplicación - puede liberar a dos empleados a tiempo completo para realizar tareas de mayor valor, así como aumentar la productividad y la eficiencia operativa.
Antes incluso de la crisis de la COVID-19, los AMRs ya estaban cambiando las operaciones de intralogística en muchos escenarios empresariales diferentes - desde fábricas y almacenes hasta hospitales y laboratorios farmacéuticos. Las empresas y organizaciones se ven atraídas por la creciente flexibilidad y diversidad de sus aplicaciones y una de las cosas que ha hecho esta pandemia es crear una mayor conciencia de la necesidad de flexibilidad.
Robots móviles para ayudar a suplir las carencias y manejar la escasez de mano de obra
A corto plazo, los fabricantes se preguntan cómo pueden los robots permitirles continuar la producción manteniendo un distanciamiento social aceptable entre sus empleados. En lugar de que una persona empuje un carro con materiales desde un almacén hasta un puesto de trabajo, por ejemplo, se podría encargar a un AMR el trabajo para evitar una posible contaminación cruzada. Los AMRs también pueden proporcionar un alivio a la escasez de personal de producción y de almacén debido a las restricciones de seguridad o las bajas por enfermedad. Esta cuestión es particularmente pertinente para varias industrias, como la farmacéutica o la de productos de consumo masivo, las cuales tienen que hacer frente a picos masivos de demanda de determinados productos al mismo tiempo que sus recursos humanos se ven sometidos a una gran presión.
Una vez que la crisis sanitaria mundial haya remitido, los fabricantes tendrán que sortear los efectos económicos a largo plazo de la pandemia y aprovechar la oportunidad para reevaluar y rediseñar sus procesos de la cadena de suministro a fin de alcanzar la máxima productividad y, al mismo tiempo, reducir al mínimo los costes y las ineficiencias para seguir siendo competitivos.
Esto puede suponer varios cambios, desde la deslocalización o la reorientación, hasta la suma de turnos adicionales en la planta de producción, la modificación de las líneas de producción existentes o la creación de otras nuevas, para satisfacer los cambios en la demanda de productos en el mercado. Cualesquiera que sean los cambios que se lleven a cabo, a fin de estar preparados para el futuro, tendrán que ser flexibles y adoptar robots industriales para aumentar la velocidad de producción a fin de colmar las lagunas de la demanda y la oferta y hacer frente a la escasez de mano de obra, así como protegerse de cualquier irrupción en su negocio en el futuro.
Respecto a la flexibilidad, es una característica clave de lo que los AMRs tienen que ofrecer, desde el amplio rango de cargas útiles que pueden transportar, hasta la gran variedad de módulos superiores que pueden soportar como contenedores, estantes, elevadores, cintas transportadoras e incluso un brazo de robot colaborativo. También cuentan con diversas opciones de financiación y leasing que garantizan que la tecnología de los robots móviles sea accesible a empresas de todos los tamaños, incluso si tienen presupuestos restringidos debido a las condiciones económicas actuales.
No cabe duda de que la crisis de la COVID-19 ha cambiado el mundo de las cadenas de fabricación y suministro, y las consecuencias económicas de la pandemia vivirán con nosotros durante muchos meses, incluso años, por venir. Pero presenta a las empresas una gran oportunidad para volver a la mesa de diseño y repensar la forma en que operan, rediseñar los procesos para que sean más flexibles y resistentes a acontecimientos mundiales como éste, y en última instancia, dar el paso hacia la automatización. En un mundo pos-Covid, la automatización ya no será una elección, sino una necesidad.
Fernando Fandiño
Director de Ventas para el Sur de Europa y MEA, Mobile Industrial Robots (MiR)
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