El pasado 12 de noviembre tuvo lugar de manera virtual la V Jornada-Debate: Plásticos y Economía Circular, en la que estuvieron presentes los principales representantes de una industria que está presente en prácticamente todos los ámbitos de la economía y la sociedad. Su principal reto es conseguir, en base al uso de nuevas tecnologías, que las previsiones no se cumplan y conseguir un futuro más amigable con el medio ambiente.
Que debemos avanzar hacia un modelo circular porque el lineal está agotado y ya no nos sirve es una realidad que ya casi todo el mundo tiene asumido. De la manera que producimos en España y Europa y del camino hacia la sostenibilidad versó la V Jornada-Debate: Plásticos y Economía Circular, evento virtual que organizaron Cicloplast y Aimplas el pasado 12 de noviembre. Precisamente el presidente de Cicloplast, Marcelo Miranda, fue el encargado de inaugurar este encuentro, en el que participaron 160 profesionales y que contó con un total de 15 ponentes de diferentes administraciones públicas, universidades, centros tecnológicos y empresas del sector. “Es importante que reconozcamos la actual coyuntura, con ella nos aproximaremos a finales del año 2040 con unos consumos mundiales de más de 600 millones de toneladas de plástico anual”, reconoció Miranda y vaticinó que, si todo sigue igual, en ese mismo año “se habrán fabricado más de 16.000 millones de toneladas. Nuestras estimaciones de hoy dentro del sector es que probablemente sólo el 7% de esa cantidad ingente de material se habrá reciclado, lo cual quiere decir que sin duda tenemos que reconocer que tenemos un reto mayor delante de todos los actores que intervienen en este sistema y que permite beneficiarse de un material de alta calidad. El reto está ahí”. El presidente de Cicloplast también hizo mención a una opinión vertida hace dos años, cuando afirmó que “quizá nos encontrábamos ante una revolución industrial por el impacto que tiene el desarrollar la circularidad y lo que demanda la sociedad y el entorno político”. En su opinión, en esta revolución industrial existen una serie de actores que tienen que estar implicados de manera importante. Entre ellos, generar instalaciones que sean capaces de tratar esos residuos con tecnologías avanzadas de separación. Probablemente, será a futuro la llegada de medios ópticos y robóticos que tengan que tratarla e instalaciones de tratamiento que realicen adecuadamente separaciones selectiva, de lavado, descontaminación… para llegar a los tratamientos químicos y mecánicos que van a permitir la circularidad.
Pero hoy, “sin duda”, Marcelo Miranda lanzaría otro mensaje: “No sólo estamos ante una revolución industrial sino ante una revolución ética, social, política y económica”. Deteniéndonos en el aspecto económico, “todos los sectores nos vamos a ver seriamente afectados por estas circunstancias, desde los grandes industriales, que van a tener que aceptar este reto y van a tener que transformarse para dejar de fabricar materiales que fabrican hoy y diseñar nuevos materiales para poder ponerlos al servicio del transformador; los transformadores que fabrican soluciones de plástico y envase y que van a tener que adaptar sus estructuras también y sus sistemas productivos; y los envasadores, que van a tener que sufrir costes nuevos. En definitiva, una revolución económica”. Y, a modo de conclusión, el presidente avisó: “En España tenemos que conseguir que los niveles de recogida se amplíen aún más y seamos capaces, posteriormente, con una industria de alta tecnología y calidad, llegar a transformarlos, reciclarlos y poderlos poner en uso nuevamente para completar ese bucle de la circularidad”.
Perspectiva Europea
Tras la inauguración del evento, tomó el relevo María Rincón-Liévana, líder de equipo - economía circular -, Dirección General de Medioambiente. “Llevamos ya varios años donde el foco se ha puesto en la circularidad, en mantener el valor del material durante el mayor tiempo posible en la economía”, indicó. Rincón-Liévana dedicó parte de su tiempo a analizar el contenido del pacto Verde Europeo, que se adoptó el 11 de diciembre de 2019, “una nueva estrategia de crecimiento para Europa que introducía una serie de medidas en todos los sectores de la economía para asegurar que el desarrollo económico se daba mano a mano con la sostenibilidad y la protección del medio ambiente. Es, además, una agenda de medidas transversales”. También mencionó los principios básicos del Plan de Economía circular, que se adoptó el 11 de marzo de este mismo año: “Para el 2040 estaremos produciendo un nivel ingente de materiales de plástico, si seguimos consumiendo como hasta ahora, se estima a nivel general que para el 2050 se necesitarán tres planetas. Esto es aplicable para el plástico y otros materiales. Lo que pretende este plan es cambiar cómo vamos a consumir y a producir en Europa”, concluyó.
El lineal, un modelo agotado
“Hay que avanzar a un modelo circular porque el lineal está agotado”, así de rotunda se mostró Margarita Ruiz Saiz-Aja, subdirectora general de Economía Circular-Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental. Así, en su opinión, “es necesario avanzar hacia un modelo que haga un uso más eficiente de los recursos”. Ruiz Saiz-Aja explicó en su ponencia que, desde finales de 2017, se empezó a trabajar en una estrategia específica para España que vio la luz el pasado 2 de junio al ser aprobada en consejo de ministros. Sus principios estratégicos son los siguientes:
Asimismo, esta estrategia quiere alcanzar los siguientes objetivos, según explicó Margarita Ruiz Saiz-Aja:
El plástico y sus bondades
Por su parte, Isabel Goyena, portavoz de EsPlásticos y directora general de Cicloplast, apostó en su intervención por un sector, el del plástico, “esencial para el desarrollo de la economía, se utiliza en todos los sectores y es muy relevante en el aspecto innovador de las empresas”. Según expresó, supone el 21% de la industria manufacturera, el 2,7% del PIB, lo que convierte al plástico en el séptimo sector industrial en valor añadido. “Los plásticos no sólo ahorran en C02 sino que actúan como sumideros de Co2”, continuó, “y ahora nos toca seguir innovando en el aspecto del reciclado”. Goyena también quiso poner sobre la mesa los principales retos del sector: cooperación en los desarrollos legislativos, concienciación hacia los residuos abandonados, comunicación de cara a la imagen del plástico e inversión para la innovación en la economía circular. “Para nosotros, la solución es educar, no prohibir; reconocemos el problema, pero no somos culpables de un vertido incontrolado. El problema no es el plástico sino los residuos abandonados y mal gestionados”, concluyó.
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