En el año 2020, publicamos un artículo analizando el estado de la Industria Farmacéutica en España (ver n.º 518 de Automática e Instrumentación, páginas 8 a 11). Lo titulábamos ‘La Industria Farmacéutica en un entorno de grandes cambios’ debido a los importantes acontecimientos que en aquellos momentos se estaban desarrollando, no solo en España, sino en el mundo globalizado al que pertenecemos. Y pensamos que, a día de hoy, el título sigue siendo válido. En los cuatro años transcurridos, la sociedad y la economía españolas han digerido, de mejor o peor manera, gran parte de aquellos cambios y, a la vez, como no puede ser de otra forma, nuestra sociedad globalizada ha evolucionado y se ha visto obligada a reaccionar a otros acontecimientos no menos importantes, como veremos.
Revisaremos de nuevo en este artículo la evolución de las cifras más relevantes del mercado farmacéutico. La Industria Farmacéutica española es la sexta dentro de la Unión Europea por producción de fármacos: 18.400 millones de € en 2021¹. En esa fecha en España estaban operativos 173 laboratorios farmacéuticos. Aunque una parte muy importante de la producción se destina a la exportación, 12.000 millones de € en 2021¹, esta cifra es superada por el valor de las importaciones de productos farmacéuticos, que supone 14.400 millones de € en 2021¹. De los 18.400 millones de €, 10.357 millones corresponden a ventas en oficinas de farmacia y 8.043 millones a ventas en hospitales. La mayor parte de las ventas en oficinas de farmacia están bajo el sistema de reembolso de la Seguridad Social, constituyendo el 89% del total de las ventas en farmacia, siendo el restante 11% ventas fuera del mercado de reembolso.
Las ventas de medicamentos genéricos suponen un 21%, frente a un 79% de los productos de marca (en valor). Las pérdidas de patentes mantienen el mercado de genéricos en crecimiento positivo, como en los últimos años, pero con menor aceleración.
La inversión en I+D+i en la Industria Farmacéutica en España supone un 1,4 % del PIB, dato de 2021¹. Este valor es aproximadamente la mitad del promedio de la Unión Europea. Dicha cifra se reparte aproximadamente al 50% entre la inversión empresarial y la inversión pública. Es muy importante tener en cuenta que la inversión en I+D+i de la Industria Farmacéutica lidera el resto de los sectores empresariales, representando un 19,6 % del total de la inversión en I+D+i en España, dato de 2021¹.
Sigue el impulso imparable en el desarrollo de productos biotecnológicos. Como mencionamos en el caso de la pandemia, fueron las vacunas, basadas en biotecnología, las que permitieron superar en un tiempo récord el gravísimo problema a nivel mundial. Las grandes compañías farmacéuticas siguen apostando fuertemente por la biotecnología debido a la versatilidad y eficacia en el diseño de nuevos tratamientos.
La introducción, cada vez más profunda de la Inteligencia Artificial en todas las etapas de la investigación de fármacos, está acelerando de forma espectacular el desarrollo de los mismos. El abanico de soluciones que aporta la biotecnología incluye desde productos de uso masivo, como las vacunas, hasta productos para medicina personalizada, en los que cada producto se genera a la medida de cada paciente.
La biotecnología permite abordar el desarrollo de productos desde antibióticos y vacunas hasta terapia regenerativa y fabricación de órganos artificiales. Además, se está empleando la biotecnología para el desarrollo de test de diagnóstico para multitud de enfermedades, lo que permite una alerta temprana en la detección de la enfermedad y por tanto una mayor eficacia en la aplicación de soluciones terapéuticas.
En paralelo al desarrollo de la biotecnología, los avances en nanotecnología están proporcionando las herramientas terapéuticas imprescindibles para el desarrollo de fármacos que sean capaces de actuar en las áreas concretas del organismo en las que su empleo es necesario. De esta forma se reduce drásticamente la dosis a ingerir por el paciente y se evitan por tanto muchos de los efectos secundarios y/o adversos del fármaco.
Toda esta ingente actividad investigadora y de desarrollo no podría llevarse a cabo sin el meteórico impulso de las inversiones en el sector, que por otro lado ha crecido exponencialmente en volumen de negocio.
La inversión en biotecnología en España en 2022 alcanzó los 1.218 millones de €³, con un crecimiento anual que supera el 17%. La inversión pública en biotecnología ha sido en 2022 de 119 millones de €³. El volumen de negocio de la biotecnología en España en 2022 ha sido de 19.676 millones de €³.
Uno de los grandes esfuerzos de los gobiernos, a nivel mundial, es la mejora en la protección sanitaria a sus ciudadanos. Esta mayor protección se manifiesta en el objetivo de garantizar la seguridad de los pacientes, así como en la mejora de los sistemas sanitarios.
Con el objeto de garantizar la seguridad de los medicamentos, las agencias reguladoras siguen incrementando los requisitos necesarios para obtener el registro del producto farmacéutico, incluyendo el desarrollo de los ensayos clínicos y las condiciones en las que se deben desarrollar las acciones de farmacovigilancia.
Los cambios en las normativas relativas al medicamento hacen que las compañías farmacéuticas necesiten invertir más recursos tecnológicos y humanos para cumplir con ellas, lo que se manifiesta en retrasos en el lanzamiento de nuevos productos y el aumento de los costes de desarrollo. Para minimizar estos aspectos negativos, las empresas farmacéuticas deben desplegar equipos multifuncionales de profesionales cualificados, que cubran los aspectos reglamentarios, el desarrollo clínico, la calidad y los conocimientos jurídicos.
El adecuado cumplimiento de la normativa ha implicado para las empresas innovadoras el crecimiento de sus departamentos de Registros y la implantación de nuevas tecnologías que garanticen el cumplimiento de los nuevos requisitos legales. Uno de los aspectos relevantes es el mayor control exigido por las autoridades sanitarias de la integridad de datos y la transparencia de los mismos, estas condiciones son fundamentales para asegurar la calidad de los datos y la confianza en los nuevos medicamentos por parte de los pacientes².
En resumen, los cambios normativos están aumentando el tiempo necesario para la disponibilidad de los medicamentos y un mayor coste de los mismos. Nos encontramos con la paradoja de que la industria farmacéutica ha aumentado de forma muy significativa su capacidad de desarrollo de nuevos fármacos y que los pacientes necesitan disponer de ellos de la forma más rápida posible. Todo esto sin detrimento de la seguridad, eficacia y seguridad de los medicamentos.
Con objeto de paliar los mencionados retrasos en la aprobación de terapias necesarias para mejorar las condiciones de salud de los pacientes, se están desarrollando, por parte de las autoridades sanitarias y en colaboración con la industria farmacéutica, las llamadas vías de aprobación aceleradas, que se aplican preferentemente a medicamentos prometedores para enfermedades potencialmente mortales o raras.
Estas vías de aprobación acelerada también son imprescindibles en la aprobación de tratamientos personalizados, que con el desarrollo de la ingeniería genética son cada vez más frecuentes.
Las mayores exigencias actuales en cuanto a la aplicación de farmacovigilancia, una vez los medicamentos están en el mercado, dan el soporte necesario para garantizar la seguridad de los medicamentos y la confianza de los pacientes.
Por otro lado, algunos aspectos de la regulación farmacéutica, no han evolucionado en muchos años, especialmente en el ámbito de la Unión Europea, la legislación vigente tiene dos décadas. Esto ha hecho que Europa haya perdido competitividad con otros mercados, especialmente con Estados Unidos y Asia.
Es urgente, por lo tanto, tomar medidas legislativas que favorezcan un entorno de innovación y producción y permitan a Europa recuperar el terreno perdido y su papel como líder mundial en innovación biomédica.
El objetivo, definido por la propia Comisión Europea, es garantizar un entorno regulatorio que mejore la disponibilidad y accesibilidad de los medicamentos para todos los ciudadanos y, que a su vez, acreciente la competitividad e innovación de la industria farmacéutica y garantice la sostenibilidad de los sistemas sanitarios.
Este objetivo es compartido por los más importantes laboratorios farmacéuticos.
El borrador de la reforma legislativa en la que se está trabajando contiene varias propuestas positivas en materia de agilización de trámites, protección medioambiental, digitalización a través del prospecto electrónico o nuevas obligaciones en materia de seguridad de suministro.
Pero el texto actual también supone un debilitamiento del sistema de protección de patentes y datos regulatorios, lo que puede provocar que las compañías dejen de invertir en nuevos medicamentos en la región europea.
Las autoridades europeas y las empresas farmacéuticas deberán encontrar el punto de equilibrio que permita la adecuación de la legislación, sin que esto suponga una menor inversión en desarrollo de fármacos por parte de la industria y que garantice a los pacientes el acceso a los productos innovadores.
Según indicábamos en el artículo anterior, la implantación de sistemas de automatización de procesos de producción y control sigue teniendo un desarrollo exponencial en la industria farmacéutica. La necesidad de mejorar los aspectos de productividad y de calidad en la fabricación de medicamentos así lo exige. Se están aplicando todo tipo de nuevas tecnologías, tanto a nivel de hardware como de software. Además de los sistemas basados en la nube, IoT, y en general todas las tecnologías incluidas en la llamada Industria 4.0, que se están implantando cada vez con más fuerza en el tejido industrial farmacéutico, cabe especial mención la introducción de la Inteligencia Artificial y la robótica.
Inteligencia Artificial. Así, como día a día los sistemas basados en IA ya forman parte de nuestra vida diaria, lo mismo sucede en la industria farmacéutica. Cabe destacar que los departamentos pioneros en el uso de IA son los de investigación y desarrollo. El uso de soluciones basadas en IA permite virtualizar los ensayos de laboratorio, de forma que se pueden probar y analizar la interacción de miles de moléculas en muy cortos periodos de tiempo, lo cual supone un incremento significativo en la capacidad de las empresas para desarrollar nuevos fármacos potenciales, descartando aquellas opciones que no conducen al resultado deseado y optimizando aquellas otras con las que realmente se alcanzan los objetivos propuestos. El uso de soluciones basadas en IA supone una impresionante productividad en los equipos de desarrollo de I+D de las empresas farmacéuticas, además de reducir drásticamente los costes de desarrollo de los medicamentos.
Otro ámbito en que se están aplicando con éxito soluciones de IA es el de la distribución de fármacos. La distribución de fármacos a nivel mundial sufrió, durante la pandemia, unas condiciones de estrés que afortunadamente pudieron ser superadas con mucho esfuerzo. Esta experiencia ha potenciado el uso de IA en los sistemas de distribución en general y en la distribución mundial de medicamentos en particular.
Por otro lado, las aplicaciones de IA se abren camino en los ámbitos puramente empresariales en aspectos tan variados como la gestión de stocks, la gestión de productividad, el análisis de fallos, la gestión del mantenimiento, etc., todos ellos relacionados directamente con la productividad y la reducción de costes.
Robótica. La robótica también está presente en la industria farmacéutica. Lo está especialmente en la manipulación de muestras analíticas, en la manipulación de producto empaquetado (finales de línea, movimiento de productos, almacenaje, picking,...) y en cierta medida en algunas operaciones de empaquetado primario de producto. Los robots colaborativos son ya de uso común en las plantas farmacéuticas.
Sin embargo, los nuevos tipos de robots, que disponen de capacidades similares a las humanas en cuanto a la manipulación de producto, capacidad de aprendizaje, adaptabilidad a diferentes funciones, robustez, capacidades IA para adaptarse al entorno, están a punto de constituir una auténtica revolución en la fabricación farmacéutica. Solo hay que considerar los esfuerzos, inversión y costes de mantenimiento de las salas blancas (aquellas que reúnen las características adecuadas para manipular los medicamentos). Pues es reconocido, a todos los niveles, que el mayor aporte de contaminación a una sala blanca la realizan las personas que tienen que entrar en ellas para manipular el producto. No hacen falta más palabras para imaginar la revolución que supondrá sustituir, al menos, una parte del factor humano en la manipulación directa del producto farmacéutico.
Como mencionábamos en el artículo publicado en 2020, la industria farmacéutica, al igual que otras muchas, empezó hace años un proceso de sustitución de personal técnico con muy alto grado de cualificación y experiencia por técnicos jóvenes con un alto grado de titulación (talento) y sin apenas experiencia. Este proceso se ha llevado a cabo de forma muy rápida, no dando tiempo a que el personal con más experiencia pudiese transmitir a los nuevos profesionales los conocimientos específicos de cada actividad.
Estos procesos, no solo no han cambiado, se sigue aplicando la misma filosofía, con el agravante de que muchos profesionales que empezaron su carrera en la industria farmacéutica hace cuarenta años están alcanzando la edad de jubilación. Los efectos de estos cambios en las empresas se pueden apreciar día a día y suponen un retraso en el desarrollo e implantación de los proyectos, detectándose ya, por parte de muchas empresas la falta de profesionales con la suficiente experiencia para desempeñar con eficacia los puestos técnicos y directivos.
No es necesario recordar que los efectos de la pandemia fueron demoledores a nivel mundial. Como no podía ser de otra manera, el papel de la industria farmacéutica en la resolución del problema fue absolutamente decisivo. La industria fue capaz de desarrollar, en un tiempo récord, las vacunas imprescindibles para frenar la expansión del virus y reducir drásticamente sus efectos sobre la población. Cabe destacar distintos aspectos de este extraordinario trabajo:
Sin embargo, no todo es claridad en lo sucedido con la pandemia, ni todas las lecciones han sido aprendidas.
Ya mencionamos en el artículo anterior cómo la pandemia había evidenciado la enorme dependencia de la industria farmacéutica europea de proveedores de materias primas y otros materiales afincados en países como China, India y otros de ese entorno. No solo se centraba el problema en la dependencia de la producción en estos mercados, sino que debido a la globalización, se estaba trabajando, en muchos casos, con proveedores únicos a nivel mundial. Durante varios años se produjeron retrasos en el suministro de ciertos materiales y materias primas en una situación de comercio internacional convulsa. Algunos países europeos y la propia Unión Europea reconocieron el problema y empezaron a trabajar en medidas para asegurar el suministro de las materias primas en circunstancias adversas del mercado. Estas medidas han sido tibias y no se han concretado, al menos de momento, en acciones firmes que aseguren la independencia europea de los fabricantes orientales, que continúan teniendo la supremacía, cuando no el monopolio de muchas de ellas.
Referencias:
¹ Farmaindustria
² Food and Drug Administration (Agencia responsable de los productos farmacéuticos en EEUU)
³Asebio (Asociación Española de Bioempresas)
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Este artículo aparece publicado en el nº 557 de Automática e Instrumentación págs. 32 a 37.
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