Hace aproximadamente un año, el mundo entero conoció una nueva tecnología que lo iba a cambiar todo. Una empresa desconocida para la gran mayoría, OpenAI, que tenía una alianza con Microsoft, había desarrollado un LLM (Large Lenguage Model) que dejaba sin palabras a todos lo que utilizaban en su primera versión en abierto al público, y que en tan sólo un año después de su apertura, está cambiando la manera en la que interactuamos con las aplicaciones, e impactando en la productividad como hasta la fecha pocas tecnologías habían logrado.
Son grandes modelos de lenguaje que han sido entrenados con una ingente cantidad de documentos e información. Hasta la fecha esta tarea era algo impensable por las necesidades de cómputo necesarias, incluida la creación de un nuevo hardware específico para el entrenamiento y procesamiento de estos modelos.
Aunque los modelos LLMs seguirán evolucionando, existe una tendencia hacía la creación de los SLMs, Small Lenguage Models, que son la evolución natural de los LLMs, debido a que se aplica eficiencia y especialización. Los LLMs requieren una gran cantidad de recursos durante su entrenamiento y posterior uso. Por otro lado, los SLMs están diseñados para áreas de conocimiento más específicas, lo que implica una menor demanda de recursos. Sin embargo, cuando se aplican en su área especializada, los SLMs pueden mantener su utilidad y mejorar otras características, como la velocidad de inferencia, el coste de uso o el tiempo de entrenamiento de una nueva versión. Además, todo apunta a que no dentro de mucho se opte por crear aplicaciones con Semantic Kernel o Langchain que combinen distintos LLMs o/y SLMs según requiera el caso de uso, lo que hará que busquemos el modelo más eficiente y preciso para cada caso e incluso la capacidad de combinar capacidades.
La IA Generativa en el Sector Industrial tiene un gran potencial y son múltiples los casos de uso, aquí pongo algunos ejemplos representativos:
Como conclusión, me gustaría destacar en primer lugar una reflexión: si ha pasado tan sólo un año desde que apareció el primer modelo en abierto, cómo puede ser que estén saliendo al mercado infinidad de productos/soluciones comerciales que implementan funcionalidades de IAG, ¿será verdad que es tan sencillo de implementar?
Y segundo, si en un año ya es capaz de hacer lo que hace, qué será capaz de hacer dentro de otro año. En los próximos años, cualquier software que no incorpore IAG estará obsoleto.
Por lo tanto, el sector industrial debe estar activo en torno a esta nueva revolución, y crear un plan para descubrir los casos de uso de mayor impacto, y empezar a implementarlos para ganar productividad.
Juan de la Peña Gayo
Miembro del Grupo Industria Conectada 4.0 de ISA España
Strategic Account Technology Strategist en Microsoft
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Este artículo aparece publicado en el nº 554 de Automática e Instrumentación págs. 22 a 23.
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