El ecosistema Mi-V de Microchip permite que los clientes desarrollen productos basados en dispositivos PolarFire con más rapidez

La primera FPGA (Field Programmable Gate Array) SoC con arquitectura abierta ISA (Instruction Set Architecture) basada en RISC-V sin royalties ha llegado a la fase de producción a gran escala, marcando así un hito importante en la evolución de los procesadores embebidos. Ante la rápida adopción por parte de los clientes de las FPGA SoC PolarFire, Microchip Technology Inc. anuncia la cualificación para la producción del MPFS250T y el anteriormente anunciado MPFS025T. También anuncia que su ecosistema Mi-V sigue agilizando la adopción de RISC-V y abriendo la posibilidad de disponer de productos industriales, IoT e informáticos distribuidos de menor tamaño, un consumo más eficiente y menor coste.

“Ahora tenemos un gran número de clientes que han diseñado con la familia de SoC PolarFire utilizando nuestro paquete de herramientas y soluciones Mi-V”, señaló Shakeel Peera, vicepresidente de marketing de la unidad de negocio FPGA de Microchip. “Estos clientes han desarrollado productos innovadores que permiten comercializar las mejores soluciones con unos niveles superiores de eficiencia térmica y consumo, así como una capacidad de computación sin precedentes en formatos de pequeño tamaño. Ahora escribimos un nuevo capítulo en la historia de RISC-V con la disponibilidad de dispositivos SoC PolarFire cualificados para producción”.

Las FPGA SoC PolarFire ofrecen nuevas oportunidades de procesamiento configurables gracias a su subsistema de microprocesador en tiempo real basado en RISC-V sobre una estructura FPGA de alta velocidad que cuenta con el compromiso de Microchip a través de su plan de desarrollo de productos y su disponibilidad a largo plazo. También aprovechan la personalización mediante la arquitectura abierta ISA RISC-V con el fin de lograr un consumo más eficiente, así como aumentar la seguridad y la fiabilidad respecto a otras opciones de procesamiento, además de añadir nuevas capacidades valiosas como el modo AMP (Asymmetric Multiprocessing) determinístico, que permite a los usuarios ejecutar al mismo tiempo el sistema operativo Linux y una aplicación en tiempo real con el máximo rendimiento. La innovación de los SoC PolarFire permite desarrollar nuevas soluciones para retos como mejorar la eficiencia del consumo en la computación y acelerar el procesamiento computacional distribuido por la red, así como proporcionar unas capacidades inigualables para aplicaciones de comunicaciones, defensa, medicina y automatización industrial.

El ecosistema Mi-V es importante asimismo para la adopción de RISC-V y abarca una gran variedad de IP, hardware, sistemas operativos, middleware, depuradores, compiladores y servicios de diseño. Más de dos docenas de empresas colaboradoras están trabajando con Microchip para ampliar continuamente esta plataforma de evaluación de bajo coste y acelerar la implantación de diseños en diversos sectores. Elimina las barreras de entrada, permitiendo así que ingenieros de sistemas embebidos, diseñadores de software y desarrolladores de hardware aprovechen las ventajas de la ISA RISC-V y las FPGA SoC PolarFire y su conjunto de pequeños formatos, eficiencia térmica y bajo consumo.

“La FPGA SoC PolarFire de Microchip y el ecosistema Mi-V proporcionan una excelente plataforma para evaluar un SoC basado en RISC-V multinúcleo compatible con Linux”, señaló Calista Redmond, CEO de RISC-V International. “El mercado dispone ahora de una solución RISC-V lista para producción de la que se puede abastecer e incorporar en nuevos diseños. La estructura de la FPGA es una plataforma innovadora que permite acelerar el hardware para el diseño del sistema”.