Con un presupuesto inicial de 81 millones de euros para este año, destinado únicamente a los sectores del transporte y la energía, la UE ha anunciado que el próximo año destinará 365 millones a impulsar, en colaboración con las autoridades locales, las ciudades inteligentes, las redes de transporte sostenible, las nuevas tecnologías y la eficiencia energética en las ciudades, dentro de la iniciativa “Ciudades y comunidades inteligentes”, con el fin de "estimular el desarrollo tecnológico y crear ciudades más inteligentes", tal y como apuntó en rueda de prensa la vicepresidenta de la CE y responsable de Agenda Digital, Neelie Kroes.
Por otro lado, el comisario europeo de Energía, Günther Oettinger, señaló que el presupuesto de 365 millones procede de fondos comunitarios ya previstos para este tipo de iniciativas para el período 2007-2013. La innovación tecnológica "es el mejor medio de reforzar la competitividad europea y de resolver los problemas de eficacia energética", afirmó Oettinger. La iniciativa “Ciudades inteligentes” permitirá desarrollar acciones concretas como los sistemas de calefacción y refrigeración de alto rendimiento, los contadores inteligentes, la gestión energética en tiempo real o los edificios autosuficientes, añadió el comisario.
Por su parte, el comisario de transporte, Siim Kallas, destacó la necesidad de aplicar la innovación tecnológica para reducir el dióxido de carbono emanado del tráfico en las ciudades, y propuso medidas como "la eliminación progresiva de los vehículos con combustibles fósiles del centro de las ciudades". Kallas también sugirió la introducción de "sistemas de recarga inteligentes" para los vehículos eléctricos, así como la utilización de autobuses "silenciosos y no contaminantes". Las ciudades europeas "deben ser la punta de lanza del cambio tecnológico" en la UE, subrayó Kroes, quien también señaló la importancia de que los ciudadanos "se impliquen" en esta evolución”.
Bruselas apuesta por el desarrollo de "tecnologías urbanas inteligentes" para afrontar desafíos como la concentración demográfica en las ciudades, el alto consumo energético de las mismas o los problemas medioambientales y económicos derivados de la congestión de tráfico, explicaron los comisarios. Actualmente, cerca de tres cuartos de la población europea vive en ciudades, que consumen el 70 % de la energía de la UE. Los atascos de tráfico suponen un coste económico aproximado del 1 % del Producto Interior Bruto (PIB) cada año, según estimaciones del Ejecutivo comunitario.
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