"Los robots crean empleo". Cuatro palabras que definen una realidad industrial según la Federación Internacional de Robótica (IFR). "Las empresas de todo el mundo están aumentando su uso de robots industriales: en cinco años, el stock operativo global aumentó en aproximadamente un 65% a 2,4 millones de unidades (2013-2018)", recuerdan desde la federación. También apuntan que durante el mismo período, la Oficina de Estadísticas Laborales de EE. UU. informó de un impacto positivo en el mercado laboral: el empleo en la industria automotriz, el mayor en la adopción de robots, aumentó en un 22% de 824.400 a 1.005.000 empleos (2013-2018).
Todo lo anterior, de acuerdo con un comunicado publicado hoy por el IFR, "contradicen las conclusiones publicadas recientemente por la oficina de noticias del MIT sobre la investigación del economista Daron Acemoglu". ¿Y qué desde Massachusetts? Pues que basándose en datos entre 1990 y 2007, deducen un efecto negativo general de los robots en el empleo en las comunidades de trabajo de 'cuello azul' (terminología inglesa utilizada para designar a los individuos que forman la parte más baja de la jerarquía de las empresas) en los Estados Unidos. "Sin embargo -rebaten fuentes del IFR- la experiencia reciente en los EE. UU., Europa y Asia demuestra lo contrario: la adopción de robots probablemente será un determinante crítico del crecimiento de la productividad para la economía posterior a COVID-19".
"El impacto de la automatización en el empleo no es en ningún aspecto diferente de las oleadas anteriores de cambio impulsado por la tecnología", explica Milton Guerry, presidente de IFR. "El aumento de la productividad y las ventajas competitivas de la automatización no reemplazan los trabajos: automatizarán las tareas, aumentarán los trabajos y crearán otros nuevos".
Investigación de la OCDE: "Diez veces más productivo"
Por otro lado, una investigación realizada por la OCDE muestra que las empresas que emplean la tecnología de manera efectiva son diez veces más productivas que las que no lo hacen. Para equipar a la fuerza laboral con las 'soft skills' y el conocimiento técnico requeridos en la economía posterior a Covid-19, se necesita una estrecha colaboración entre la industria, el gobierno y las instituciones educativas. "Los incentivos de política gubernamental deberían fomentar la inversión empresarial en capacitación y apoyar la financiación de la educación", apuntan desde el IFR.
Renacimiento de la producción industrial
Las empresas de todo el mundo están reevaluando sus modelos de negocios de la cadena de suministro global en reacción a las lecciones aprendidas del coronavirus. "Esto probablemente acelerará la introducción de robots, lo que conducirá a un renacimiento de la producción industrial en algunas regiones y traerá de vuelta los empleos", añade la nota. Después de la crisis, IFR espera un impulso importante para la robótica y la automatización, incluso si la industria actualmente no puede desacoplarse de la recesión económica.
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