Internet Industrial de las cosas (IIoT) se basa en dispositivos inteligentes conectados en red, unidos a softwares especializados, que proporcionan información consolidada de alto valor añadido para la fabricación.
A la hora de iniciar un proyecto IIoT es habitual considerar cinco aspectos básicos:
- Disponer de sensórica y equipamiento inteligente, con procesamiento de la información y capacidad de comunicaciones en red, y que no necesariamente tiene que ser vía Internet (en la mayoría de los casos no lo es).
- Establecer una arquitectura convergente de sistemas OT/IT, facilitando el intercambio bidireccional seguro de información relevante, entre el entorno productivo (OT) y el nivel de gestión corporativa (IT).
- Seleccionar una plataforma de software especialmente diseñada para IIoT, conectable a fuentes de datos muy diversas. Debe permitir la extracción fácil de datos de diversas fuentes, junto con la presentación flexible de la información, y finalmente poder compartirla tanto a nivel local como en remoto.
- Definir casos de uso idóneos, que sirvan de base para un crecimiento futuro, y buscando un retorno rápido de la inversión. Habitualmente encontramos más proyectos de mejora de los que es posible gestionar o invertir. La clave está en seleccionar el caso más adecuado, y una vez implementado pasar rápidamente al siguiente.
- Contar con personal técnico con las habilidades, capacidad y experiencia adecuada en OT/IT, tanto en el desarrollo del proyecto como en su soporte y mejora continua posterior.
En base a ello, las aplicaciones IIoT pueden alcanzar beneficios importantes en cinco áreas:
- Mejora en la gestión de los activos, instalaciones y operaciones productivas. Ejemplos: optimización de la vida útil de los dispositivos, y parametrización de equipos “al vuelo” según los requisitos de cada tipo de fabricación o entorno.
- Supervisión del uso de los recursos físicos, energéticos y protección medioambiental. Ejemplos: Cuadros de mando de eficiencia y comparativas por máquina, línea y planta.
- Ayuda en la gestión de materias primas y componentes de fabricación. Ejemplos: Identificación rápida de materias con su estado por ubicación física, estableciendo criterios de uso, y mejora en la información de consumos o procesos de reabastecimiento.
- Soporte a los operadores, técnicos especializados y personal de operaciones. Ejemplos: procesos de guiado con realidad aumentada a operadores o personal de mantenimiento, adaptados a su experiencia, y soporte al desarrollo de nuevos productos.
- Integración de los sistemas de fabricación con los sistemas de gestión corporativa. Ejemplos: producciones unitarias personalizadas y seguimiento a tiempo real de lotes de producto intermedio, acabado y consumos de materias.
Con este escenario tan dinámico, los equipos directivos tienen que tomar decisiones con un doble reto: Seguir produciendo con su negocio principal de forma tan eficiente como sea posible, y a la vez identificar e implementar innovaciones en fabricación y sistemas IIoT, que los preparen de forma competitiva para el futuro inmediato.
Antoni Rovira,
Manager de Software, Control
y Dispositivos Inteligentes
en Rockwell Automation Iberia
Este artículo aparece publicado en el
nº 533 de Automática e Instrumentación Pág. 16.
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