La seguridad de las máquinas con respecto a las personas (Safety), es un objetivo prioritario en entornos industriales.
Desde hace años existe legislación al respecto, pero, en especial con la aparición de la norma ISO 13849, se nota una mejor predisposición desde los proveedores de tecnología, pasando por los fabricantes de maquinaria, hasta las empresas que adoptan estos equipamientos. Se han incrementado los cursos de formación sobre seguridad, han aparecido nuevos sensores y dispositivos de protección, y los sistemas de control han incorporado safety como prestación nativa. Todos estos cambios permiten modificar el diseño y operativa de las máquinas, con un objetivo final: eliminar los accidentes.
Con la aparición de la norma ISO 13849 ha aumentado la predisposición en aplicar soluciones safety
Llegados a este punto, encontramos dos visiones diferentes a la hora de automatizar: seguridad externa al sistema de control, o bien seguridad integrada en el propio sistema de control.
El primer caso implica disponer de un control safety en paralelo al automatismo existente. Esto supone una programación distinta para cada electrónica, y más dificultades también para comunicar y sincronizar ambas lógicas. Es la visión más clásica, y que poco a poco está perdiendo adeptos.
La segunda opción consiste en un controlador con las funciones de seguridad integradas y certificadas. Aquí la programación se establece sobre una única plataforma, que es capaz de orquestar tanto las secuencias habituales de control como las de seguridad. Esta tecnología más ventajosa está creciendo muy por encima de la del primer caso, y ya es mayoritaria en las nuevas instalaciones.
Se estima que en poco tiempo la gran mayoría de sistemas de control adoptaran esta funcionalidad.
Los sistemas de control con seguridad integrada se están imponiendo rápidamente en las nuevas instalaciones
Pero, una vez subsanado el peligro para las personas, hay otro aspecto a considerar: ¿Cuál es la correlación entre seguridad y productividad? A veces me comentan que las medidas de seguridad son necesarias, pero reducen la eficiencia de fabricación. En algunos casos esto puede ser cierto, aunque deberíamos ver si hay posibilidades de mejora. En cambio, en muchas otras ocasiones, en contra a lo que pueda parecer de entrada, con la seguridad bien aplicada también se puede aumentar la productividad.
Hay fabricantes de maquinaria que consiguen mejoras operativas importantes, basadas en repensar la funcionalidad de la máquina, considerando las aportaciones de las nuevas tecnologías. El primer punto de referencia son los sensores y actuadores de seguridad inteligentes, que además de su función de protección básica también proporcionan informaciones y diagnósticos adicionales. La siguiente pieza es el controlador con seguridad integrada, que conecta con la información de sensores y actuadores. Finalmente, el tercer componente consiste en desarrollar un software para el control-seguridad pensado de forma global, capaz de sacar partido a todas las ventajas de la tecnología. Ejemplo 1: incorporando un movimiento seguro de la máquina, se reduce su tiempo de limpieza y mantenimiento. Ejemplo 2: Con sensores inteligentes se reduce el tiempo en diagnosticar y resolver averías.
En resumen, la seguridad de máquina integrada y bien implementada también puede aumentar la productividad.
Antoni Rovira,
Responsable Arquitecturas Integradas y Software en Rockwell Automation
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