El Plan Estratégico en Tecnologías Energéticas (Set Plan) de la Comisión Europea hace una apuesta firme por fortalecer el desarrollo de parques off-shore en el continente.
Para 2020 se espera que esta participe en el sector con 40 GW, un 17% del total de la eólica, llegando hasta los 150 GW, un 38% en 2030. En el continente las iniciativas de generación off shore están lideradas por Reino Unido, Alemania, Dinamarca, Holanda, Noruega y Bélgica, entre otros países. España aún no concreta ningún proyecto en este ámbito, principalmente por la crisis, aunque también por las características de la plataforma marina y la actual sobrecapacidad del sistema eléctrico.
La española Iberdrola cuenta con alrededor de 8.000 megavatios marinos repartidos entre Francia, Alemania y Reino Unido y Gamesa ha anunciado que trabaja en el desarrollo de una nueva generación de turbinas adecuadas para las exigencias de la generación offshore.
En opinión de Manuel González, investigador del Área de Investigación Marina de AZTI-Tecnalia, “si se desarrollan prototipos de molinos sobre plataformas flotantes que puedan instalarse a más de 50 m de profundidad, es muy posible que, en un plazo de 10 años, molinos instalados en las proximidades de la costa española sean rentables y constituyan una nueva fuente de abastecimiento energético”.
Y es que según el Estudio del I+D+i del sector eólico en España, las innovaciones que espera el sector van en dos líneas. Por una parte, en relación a tecnologías específicas para la adaptación de los aerogeneradores al entorno marino –protección climática, muy alta fiabilidad, cimentaciones y estructuras de soporte, cables submarinos y subestaciones eléctricas marinas...–, y por otra, en relación al mejor control de climatología oceanográfica –modelos de oleaje y viento, instalaciones científicas para estudiar el comportamiento de los componentes en el mar...–.
En relación a este último punto, el IREC, instituto de investigación en relación a las energías de Cataluña, ha impulsado Neptune, un proyecto en el que se han desarrollado dos tecnologías que permitirán realizar mediciones eólicas en el mar para reducir los costes de la energía eólica marina.
El sistema eOLOS utiliza tecnología LIDAR (Light Detection and Ranging) para medir la velocidad y dirección del viento a gran altura sobre el nivel del mar con un coste 10 veces inferior al del mástil convencional que se utiliza habitualmente en esta tarea, y la herramienta NEPTool proporciona estimaciones de viento, corrientes y oleaje a corto y a medio plazo, mediante la simulación integrada de las condiciones atmosféricas y oceánicas.
Según detallan desde el IREC, “estas dos innovaciones contribuyen a disminuir el coste de la energía generada por los parques eólicos marinos, al incidir sobre el coste de evaluación de emplazamientos y de operación de parques en funcionamiento, y al mitigar el riesgo de incertidumbres ligadas a la falta de predicción a medio plazo del recurso eólico y de las condiciones marinas”.
El mantenimiento predictivo puede reducir un 30% los costes de reparación y un 70% el tiempo de inactividad imprevisto
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